La imagen y la asertividad de un profesional del coaching.
En el artículo anterior comencé analizando las características básicas de un coach profesional. Las sinergias positivas como medio de potenciar el trabajo de coaching y establecer canales de comunicación efectivos, la importancia de la autogestión de un coach profesional, y algunos elementos vinculados a la ética del coaching.
En el siguiente contenido abordaré la importancia de la imagen personal del coach, y sus habilidades sociales derivadas del grado de asertividad que debe reflejar.
El coach y su imagen personal.
La imagen personal de un modo u otro transmite ciertos rasgos específicos de la personalidad de un individuo, y en el caso de un coach es un factor que se tendrá en cuenta, tanto por parte de los clientes como por parte de las empresas.
La imagen personal de un profesional del coaching siempre de un modo u otro lo etiqueta, y si fuera el caso que se convierta en negativa a futuro será muy complicado de revertir.
Para un coach cuidar su imagen personal no solo significa cuidar su indumentaria, también debe prestar atención a su pulcritud y su aseo personal en general. En nuestras sociedades, y contrariamente a lo que dice el dicho popular, “el hábito sí hace al monje”.
El traje y corbata para los hombres, mientras que para las colegas la falda con blusa y tacones suele ser el estereotipo; sin embargo considero que cada uno debe estar alienado con sus personalidad, y sobre todo sentirse cómodo con la ropa al momento de trabajar.
En definitiva, cada coach tiene su propio estilo, tanto en su metodología de trabajo como en su indumentaria; y sospecho que queda claro que no me refiero a tendencias de moda, sino a la pulcritud y cierto cuidado en el arreglo personal.
Personalmente cuando puedo prescindir de la corbata lo hago, aunque nunca de las camisas, y no deja ser un simple gusto personal. Como mencioné anteriormente, considero que todo depende de los gustos personales del profesional y de las circunstancias.
En mis años de experiencia haciendo coaching en diferentes países, y sobre todo con distintos climas, comprobé que no es lo mismo hacer sesiones de coaching en el verano del trópico que en el invierno de Europa Oriental.
Hay que adaptarse a las circunstancias, y si las mismas lo requieren, incluso se puede hacer una sesión de coaching muy efectiva en una playa tropical estando el cliente y el coach vestidos en trajes de baño. Cosa que por cierto hice, y debo confesar que la primera sesión me resultó un tanto curiosa aunque no insatisfactoria; luego a través de la experiencia las disfrutaba bastante, sobre todo por los resultados obtenidos.
Hay que ser creativos, y es muy importante atender desde las necesidades y las circunstancias de los clientes. Las primeras sesiones de coaching en la playa fueron con un ejecutivo; y con él hice sesiones de traje y corbata, con pantalón de vestir y camisa (sin corbata), y como os comenté hasta en la playa y de bañador.
Insisto, las circunstancias y las necesidades particulares de los clientes muchas veces determinan la indumentaria del coach; y es menester que le profesional se adapte a las mismas.
La asertividad del coach.
Aunque muchos autores toman como sinónimos a las habilidades sociales y la asertividad, no considero oportuno el hacerlo; porque la asertividad en la práctica es una parte del todo que conforman las habilidades sociales de un individuo.
No obstante, un coach para lograr ser asertivo, primero debe conseguir ser efectivo en la puesta en práctica de sus habilidades sociales.
El coach profesional debe ser asertivo y transmitir tal actitud desde todas sus acciones, y aprender de sus errores para lograr mejorar sus niveles de asertividad.
La simpatía no necesariamente convierte a una persona en asertiva, aunque tal rasgo de una personalidad facilita el camino hacia la asertividad; y tampoco se debe confundir una autoestima alta con un ego superlativo.
Si un coach no es capaz de aplicar sus habilidades sociales de forma natural y efectiva, deberá contemplar el trabajar seriamente sobre ello, y aplicar las estrategias remediativas del caso para superar dicha limitación.
Particularmente muchos clientes de coaching ejecutivo solicitan adquirir técnicas de rapport, y si son avanzadas mejor. Buscan la máxima efectividad al momento de establecer relaciones interpersonales, y conseguir mediante técnicas específicas generar un tipo de rapport casi instantáneo.
Simpatizar es una cosa y empatizar es otra!
El proceso para un abordaje de tales características como el anteriormente descrito, parte del dominio de las habilidades sociales, para seguir a través de los aspectos clave de la asertividad, y posteriormente terminar en las técnicas de rapport.
Misma regla considero oportuna de aplicar para un coach; porque si una persona no es capaz de decirle buenos días a su vecino en el ascensor, menos asertivo será, y de dominar técnicas de rapport ni hablemos. Milagros a Lourdes.
El anterior es un ejemplo muy simple, aunque considero bastante ilustrativo de los procesos para adquirir ciertas técnicas, particularmente las vinculadas a las habilidades sociales, a la asertividad y a las técnicas de rapport.
Hasta el momento en dos artículos abordé las diferentes características de un coach profesional, y ciertos elementos vinculados al coaching como profesión; por eso considero oportuno realizar a modo de esquema una enumeración breve de los puntos analizados hasta el momento:
- Las sinergias positivas.
- La autogestión del coach.
- La ética del coaching.
- La imagen personal del profesional.
- Las habilidades sociales y la asertividad.
En el siguiente artículo analizaré la actitud proactiva del coach, la importancia de estar al tanto de las novedades del ámbito profesional, el proceso de mejor continua vinculada al coaching, la negociación y la comunicación en el trabajo de coaching, y la especialización del coach en áreas específicas de actuación.