Y es que la nueva afición de cangrejito está llenando la casa de ojos observadores que vigilan todos nuestros pasos. A veces, estoy trabajando y una extraña sensación recorre mi espalda en forma de escalofrío, y al girarme están allí, en la caja de los juguetes, mirándome fijamente, sin ningún tipo de pudor.
Y es que la nueva afición de cangrejito está llenando la casa de ojos observadores que vigilan todos nuestros pasos. A veces, estoy trabajando y una extraña sensación recorre mi espalda en forma de escalofrío, y al girarme están allí, en la caja de los juguetes, mirándome fijamente, sin ningún tipo de pudor.