Tras disfrutar de las cascadas retomamos la senda que nos trajo, pero en la bifurcación (a unos 500 mts) cogemos el ramal de la izquierda, que baja paralelo al Jarama. Las vistas resultan espectaculares, con Matallana surgiendo majestuosa entre las encinas.
La llegada al puente de los Trillos impresiona. Bajo el nuevo se ha conservado el puente original (los trillos), cuyos pilares está 30 metros rio abajo. Las aguas bajaban bravas, levantando olas de espuma. Este día los arroyos corrían como antes, formando cascadas (como el que baja cerca de los pilares viejos). Si hay fuerzas, una vereda sube hasta Matallana (20´), un pueblo semi- abandonado, negro y auténtico, que no defrauda.
La pista de vuelta nace en el puente; solo hay que seguirla hasta Roblelacasa. Pero no te distraigas; hay instantes en los que, en una sola imagen, aparecen 4 pueblos negros (Roblelacasa, Campillo de Ranas, Majaelrayo, Robleluengo), además del Ocejón, la pista blanca, la carretera del Puerto de la Quesera, el Pico del Lobo,… Las imágenes van cambiando con la perspectiva, según nos acercamos al pueblo.
Ya en el coche, de vuelta a Puebla de Valles, la Sierra de Concha me regaló esta preciosa imagen …y otras muchas, que no incluyo por no pecar de pesado.
Lar-ami