El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene. Ojalá fuera tan sencillo. Aquí tenemos a la simpleza y a la estupidez muy bien resumidas. Pueden pensar lo que quieran. Estas frases me recuerdan al minuto de gloria televisivo por el que más de uno haría el ridículo ante una cámara y se queda tan a gusto. Recuerdan aquello de "¿Manolete si no sabes torear pa que te mete?" Hay expresiones sencillas, y otras, como las que nos trae aquí, simples. Lo más parecido a bobería. Cuando una frase entra así en tu cerebro se convierte en una aberración. En una deformidad de la propia función comunicadora del lenguaje. Ni un loro, que no sabe lo que dice, lo hubiera hecho peor. Más me temo que tal frase salió de una mente humana. Qué desconsideración con respecto al género homo sapiens sapiens. Como ven he dejado la ironía y el cinismo para otro post. En este no caben. Quién sabe nadie qué es nada. Si Marat estuviera levantado, se cortaría la venas de los brazos de punta a punta. ¡Oh, Cicerón, dónde está tu retórica! ¿Les parece exagerado? Creía que era sutil como la vida misma. No es suficiente con combinar correctamente una frase para pretender que sea una certeza semántica, ni mucho menos filosófica. El lenguaje es maravilloso (¿No lo he dicho antes?), pero al mismo tiempo deja en evidencia lo más profundo de nuestro entendimiento, pensamientos, pasiones, sentimientos y conciencia. Por eso "por la boca muere el pez". Intentar camuflar la fragilidad de pensamientos bajo la elocuencia de una dialéctica lingüística vacía es un "querer y no puedo". No saber no es pecado. Esconder la ignorancia es inseguridad y culpa interior. Mira de reojo a quien te diga o asegure una certeza, porque las certezas no existen en el ámbito de la conciencia social.