Debo reconocer que esta novela tiene unos de los mejores principios con los que me he encontrado en mi vida lectora, uno de esos principios que te envuelven en la trama y te llevan a querer saber más y más. Con un inicio tan grandioso el temor de todo lector es que la narración se vaya diluyendo hasta quedarse en nada, sin embargo nada más lejos, la autora consigue mantener en todo momento un nivel muy alto de atención del lector y lo va envolviendo en la trama con distintos giros y con revelaciones muy bien dosificadas.
Se nos presenta en la primera página a uno de los personajes de la novela, Lucifer y sin embargo lo que se nos cuenta no va a volver a aparecer hasta casi el final de la novela. La argucia que utiliza Ana Cabrera Vivanco para atraparnos en la lectura es revelarnos el final e intentar explicarnos como se llega a esa situación. Y es que para llamar Lucifer a un niño, poco cariño se le ha de tener y si mucho de odio hacia él o hacia su progenitor.
A partir de este momento una serie de personajes empiezan a desfilar por la novela, comenzando por los abuelos del muchacho, él un hombre temperamental con ataques de epilepsia, ella una mujer ardiente que rompe su compromiso con el mayor terrateniente de la villa para casarse con el aguerrido militar, que por las noches asusta a los capataces de los Tres soles, la hacienda de Don Celestino. En esta historia hay un perjudicado, D. Facundo Lugones que no dudara en servirse de toda serie de artimañas para sembrar la duda en el iracundo militar, de la forma más inocente y poética, a través de flores. De ahí la portada del libro, que tanto nos ha llamado la atención y que Circulo de lectores ha cambiado por otra que aunque bonita a mi me llama menos la atención.
Pueden ser las flores y un jardín el origen de la discordia de un matrimonio?, puede de uno de los jardines más sensuales y hermosos provenir el odio y el dolor?, preguntas que quedan resueltas con la lectura de esta novela. De este matrimonio nacen dos niñas, Leonor, una mujer fuerte y aguerrida como su propio padre, a la que no le tiembla el pulso y capaz de hacer cualquier cosa como si de un hombre se tratara, y Nina, una mujer enfermiza y sensible a los olores, capaz de adelantar las desgracias o alegrías que pueden llegar a la casa a través de los aromas.
A la muerte de sus padres Leonor asume las riendas de los Tres soles, para ello tiene que casarse y elige a Venancio un capataz de la Hacienda, y firma la paz con la Hacienda vecina propiedad de Facundo Lugones, sin embargo esta paz recién conseguida se tambaleará con la llegada de Jacinto, el hermano de Venancio, un hombre pendenciero y bien plantado que sembrara su semilla en cada mujer del pueblo que caiga a sus brazos.
"Era un hombre sin final, uno de aquellos que te matan de gusto en la cama, se van sin decir adiós, y la dejan a una muerta pero agradecida de por vida"
Las idas y venidas de Jacinto a la la villa caribeña marcarán unos de los capítulos sensuales de la novela, una sensualidad y sexualidad que la autora narra con una gran elegancia poética, con muchas metáforas y giros que engrandecen la lectura.
" Tu cuerpo parece el mapa de Surámerica_ solía decirle él años atrás, en las noches de inspiración amorosa_. Muy abultada en los Andes y estrecha y larga en la Patagonia. ¡Qué Patagonia la tuya, Leonor!, exclamaba muchas veces enardecido, viajándole el cuerpo a besos y dibujando sus relieves con el pincel de la lengua que culebreaba en su ombligo, donde decía redescubrir el cráter del Chimbronazo. Ella, con poco estudio y ajena a la geografía, sólo atinaba entonces a agradecer a Dios la gracia de aquel hoyito divino que una vez hizo invisible para asustar a las niñas en la escuela. Se moría de ganas por Jacinto. Le huía y lo buscaba a a vez con el deseo ahogado entre los muslos y el ruego mudo en los ojos."
Aunque esto mismo he podido comprobar que es lo que ha desagradado a muchos lectores, sin embargo yo ya estaba familiarizada con este tipo de narración, y tengo que reconocer que me gusta mucho y la disfruto por igual.
De los amores irrefrenables de Jacinto, nacen dos retoños destinados a conocerse y a amarse con locura, uno de ellos es Lucifer, a quién su madre marca con ese nombre tan poco apropiado y con mucho desdén, compensado por el inmenso amor de su tía Nina. Las desdichas de Lucifer desde su nacimiento no hacen más que sumarse, el sacerdote el padre Teodoro le niega el bautismo aduciendo que ese nombre no es nada cristiano, y uno tras otros los habitantes del pueblo le van mostrando su desprecio. En uno de los viajes a los tres soles Jacinto se lleva a su hijo con él al ver el poco cariño que le muestra la madre. Pero encontrara Lucifer la felicidad junto a su padre?.
La muerte prematura de este encomienda su cuidado a un amigo del finado que no hará más que aprovecharse de la mala fama de Lucifer, de sus ataques epilépticos y sus lagunas amnésicas para endilgarle delitos que no ha cometido y hacerlo volver a la Hacienda, llevará buenas intenciones el tutor?
De vuelta a casa y después de cometer incesto se produce el episodio que lo llevará a la muerte... sin embargo como se descubrirá después, todos cometieron errores con el pobre muchacho y lo convirtieron en lo que nunca debería haber sido. Te apetece conocer cuales fueron esos errores?.
A favor de la novela la prosa poética, la forma de narrar y sobre todo los personajes que aparecen dibujados con guante blanco, tanto los principales como los más secundarios, tenemos una visión casi fotográfica de todos ellos, aunque aparezcan muy poco en la novela. De esta forma nos podemos hacer una idea de la manera en que se vive en esa villa caribeña que acaba llamándose Villa Veneno.
La autora estructura la novela en tres partes, en la primera Los tres soles, nos presenta a los personajes principales y se desencadena la acción. En la segunda El hijo del diablo, nos presenta el nacimiento de Lucifer y como la madre lo marca de por vida, y las sensaciones que este hecho desencadena en la villa caribeña. En la tercera Villa veneno, el padre Teodoro lucha contra su faceta de hombre y la de santo, tanto Margarita como él parecen ser los protagonistas de esta tercera parte, sin embargo nada es lo que parece y detrás de esta pareja se desarrollan otros acontecimientos que hacen temblar los cimientos de la pequeña villa y desbordan el vaso de la paciencia, y quién acaba pagando tanto odio?. Lucifer y así volvemos de nuevo al principio de la novela.
Quizás el personaje que más ha llamado mi atención haya sido el padre Teodoro, un Adonis con sotana que se tuvo que ganar el respeto como párroco, puesto que su belleza masculina eclipsaba a las mujeres de la villa. Este hombre santo de devoción y con la austeridad como guía se ve arrebatado por el amor, y tiene que luchar contra lo humano y lo divino. A el se ampara Lucifer en sus ultimas horas y como humano comete un error que dificilmente podrá perdonarse.
El personaje femenino que más me ha llegado Leonor, una mujer fuerte e indómita que acaba descubriendo lo débil que es frente a los deseos de la carne. Una mujer que se debate entre el orgullo y el deseo. Y el que menos me ha llegado Nina, a pesar de ser el personaje con más realismo mágico, no me lo he llegado a creer, ese languidecer por Jacinto cuando al lado tenía a un hombre integro, pasando penas de amor por una mujer que nunca le podría corresponder.
En una novela plagada de personajes bien dibujados es difícil quedarse con alguno pero esos son los que a mí me han llamado más la atención, aunque si eso me lo hubieran preguntado al principio de la novela casi seguro que me hubiera quedado con Santa Cecilia, una mujer capaz de anteponer su deseo sexual por delante del dinero. Celestino y Cecilia protagonizan las escenas de amor más tórridas de toda la novela y sin embargo quién no hubiera querido un amor tan arrebatador como el que tenían los personajes.
A pesar de ser una novela que me ha fascinado y me ha gustado, tiene sus peros y estos vienen de la mano de los cubanismos empleados por la autora, que no me han dificultado la lectura, pero si que la han hecho un poco más lenta en algunos momentos. Porque algunos de ellos no había manera de deducirlos ni por el contexto, y a mi no me gusta leer con un diccionario en la mano. Pero este hecho no desluce el que considere que nos encontramos ante una muy buena novela, que quizás por la forma en que esta narrado y por las palabras caribeñas no llegará a todos los lectores, pero si merece una oportunidad.
Ya has disfrutado de esta novela!!!, yo estoy deseando leer la opera prima de esta autora, Las horas del alma y junto a Angela Becerra se convertirá en una de mis autoras surámericanas de cabecera.