Las Cinco Canciones de Salva (V): “No queda sino batirnos ” (Mago de Oz)

Publicado el 06 mayo 2016 por Raúl Rn

Mago de Oz es, probablemente, el grupo más querido y odiado (prácticamente a partes iguales) del rock español. Sin ser un loco de esta banda, me considero entre los primeros, incluso me gusta su tendencia al pastiche y la amalgama de estilos. Hoy Salva se desnuda ante nosotros y nos cuenta algo que, en su día, no quiso contar en su web; entiendo que se ha tenido que armar de mucho valor para querer hablar de ello y para rescatar esta canción, que no escucha desde hace mucho tiempo. En su momento ya le dije que me emocioné cuando leí su relato por primera vez, y hoy he vuelto a sentir lo mismo. Creo que ese estilo suyo, directo y apasionado, es el que le hizo conectar con mucha gente cuando tenía "Mentalparadise", desde entonces todos nos sentimos un poco huérfanos. Ha sido un placer volver a recordar estas cinco canciones, esas cinco porciones de tu vida. Gracias, amigo.

"Esta canción no estaba en mi anterior lista. Tampoco es una de mis favoritas, me gusta sí, como tantas otras de Mago de Oz, pero ésta en concreto llevo sin escucharla casi tres años. Para ser exactos se cumplirán tres años el 29 de mayo. Pero es importante porque, de una manera bien diferente a "Highway Star" o "Fast as a Shark", no cambió mi vida pero sí que marca un antes y un después en ella.

Ese día recibí una de esas llamadas de teléfono que, no por esperadas, no dejan de sacudir toda tu existencia. Cuando mi mujer me llamó al trabajo para comunicarme los resultados de unas pruebas que le habían realizado hacía varias semanas, todo a mí alrededor desapareció. En cuestión de segundos, mi mente visualizó una vida sin mi mujer, haciéndome cargo de mi hija pequeña, y un enorme muro se levantaba ante mí, que incapaz de atravesarlo me sumía en un pozo de desesperación. Salí pitando del trabajo para ir al hospital y en el coche estaba sonando esta canción, que a primera escucha es muy alegre y positiva, pero en aquellos momentos su estribillo, ese que dice "Y verás que en la vida hay que sufrir, y verás que en la vida hay que luchar, y al final si eres fuerte ganarás. No queda sino batirnos, no queda sino luchar" , tocó lo más hondo de mi alma y no pude contener las lágrimas, al tiempo que golpeaba el volante sin comprender por qué esto nos estaba pasando a nosotros.

Ese muro que se levantó en un primer momento y que creía incapaz de atravesar, con los días, apenas me llegaba a los tobillos. Nuestras vidas transcurrían entre una falsa normalidad disfrazada en ocasiones de autentica felicidad, empañada por continuas visitas al hospital, largas sesiones de quimioterapia, dudas, miedos y en ocasiones de un olvido total de lo que estaba ocurriendo. Al menos por mi parte. Sabía que mi mujer era incapaz de desprenderse del miedo que la invadía y que se me pegaba a la piel cada vez que la abrazaba.

Afortunadamente a día de hoy la enfermedad está controlada, pero con el cáncer ya se sabe, bueno, en realidad no se sabe. Mejor vivir el día a día, el pasado no vuelve y el futuro no existe, así que vivamos el presente.

Y por supuesto seguiré sin escuchar esta canción, no sé durante cuánto tiempo, porque a pesar de lo que decía más arriba de que el pasado no vuelve, esos son recuerdos que prefiero queden escondidos".

Y éstas han sido cinco de las canciones de mi vida. Quiero dar las gracias a Raúl por rescatar esta sección que en su día nació en Mentalparadise y que sabrá llevar de forma magistral.

Un abrazo a todos".