Illetes, Levante, Cala Saona, Playa de Es Caló y Caló des Morts se convierten en destinos ‘must’ para los viajeros que quieran descubrir la diversidad natural de la isla
La acción de la posidonia como depuradora natural de sus aguas y la ausencia de construcciones en su litoral hacen de las playas de la pequeña de las Pitiusas auténticas joyas naturales. Atractivas durante todo el año, en verano merecen ser exploradas y disfrutadas, tanto por los viajeros que busquen la soledad de una pequeña cala, como por quienes deseen descubrir la esencia del Mediterráneo o aquellos que quieran comprobar por qué siempre aparecen en ‘Top 10’ de las mejores playas del mundo.
Más de 20 kilómetros de playas de arena blanca y aguas transparentes con idílicas combinaciones de tonos azules esperan al visitante en Formentera. La apuesta desde hace años por un desarrollo sostenible de la isla ha hecho posible salvaguardar su litoral y preservarlo de construcciones en la mayor parte de la costa, ofreciendo playas de belleza paradisíaca en un destino, sin embargo, cercano. Este hecho, unido a la existencia de grandes praderas de posidonia, que garantiza la pureza del agua y el equilibrio del litoral, tienen como consecuencia playas sorprendentes.
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