James Bond viaja hasta Estambul para llevar a cabo una compleja misión. El objetivo del agente británico es una máquina que descifra los más complicados sistemas de comunicación Si algo caracteriza la saga del Agente 007, es la utilización de escenarios únicos en el mundo como el monte de Schilthorn en Suiza, El Cairo e incluso las exóticas playas de Bangkok. A esta colección de sitios turísticos se suma la Cisterna de Yerebatán, una de las obras subterráneas más famosas de Estambul.
Por debajo de Estambul
Es sorprendente que una pequeña casita con una humilde puerta conduzca a un lugar que parece sacado de un universo paralelo. Tras descender una larga escalinata, el visitante que llega a la cisterna comienza a oír el sonido de una bella sinfonía clásica que acompaña una puesta de luz subterránea propia de las mejores producciones escenográficas.
Con 1.500 años de antigüedad, esta espacio ubicado debajo de las calles de Estambul, es una verdadera obra maestra de la ingeniería local. Las imponentes columnas romanas que sostenían antiguos templos paganos y sus 10.000 metros cuadrados engloban un sitio histórico que habla de una ciudad acostumbrada a construir murallas y cisternas para protegerse de posibles ataques bélicos.
“Desde Rusia con Amor” captura la Cisterna
En la película de James Bond, la cisterna se menciona como un sitio construido por el emperador Constantino. Se cree que fue él quien mandó levantar las bases de la estructura, pero el encargado de realizar la mayor parte de la obra fue Justiniano, su sucesor en el imperio. En el film, las cisternas se ubican debajo del Consulado Soviético (actual Consulado ruso), pero en realidad se encuentran distanciadas de este edificio y situadas frente al museo de Santa Sofía en el barrio de Sultanahmet.