Las ciudades plantan cara al aumento de palomas

Publicado el 24 febrero 2017 por Comunicae @comunicae

Son algunas las medidas puestas en marcha para el control de plagas en Madrid, Valencia o Vitoria, por ejemplo. Todo para intentar minimizar su impacto en nuestras calles y en nuestras vidas.

En Valencia, por ejemplo, se ha iniciado una campaña para controlar su población, evitando un crecimiento descontrolado. Para ello se han instalado hasta 15 palomares ubicados en zonas estratégicas y que contienen piensos esterilizantes.

Otra ciudad que está a punto de iniciar un procedimiento en este sentido es Vitoria, donde asociaciones de vecinos y consistorio parecen decididas a llevar un control más exhaustivo. Algo parecido ocurre en la vecina San Sebastián donde los equipos de desinfección llevan a cabo la captura de medio millar de palomas al año.

Pero las actuaciones se reparten por todo el país. El control de plagas en Madrid es una realidad desde hace años, lo mismo que en Murcia donde el ayuntamiento cuenta desde hace una década con dos funcionarios especializados en el control de las palomas, evitando que su número aumente. Para conseguirlo, se instalan puntos con cebos esterilizantes o se procede a la caza de las aves con redes en espacios públicos y jardines. Todo ello ha llevado a acumular unas 4.000 cazas solo en el último año.

Se estima que en Sevilla se han conseguido capturar unas 1.400 palomas gracias a la utilización de jaulas. Además, desde el año 2011 existe una multa a quienes dejen alimentos en vías públicas, solares o casas abandonadas. La cuantía puede rondar entre 75 y 500 euros.

Sin olvidarnos de Palma de Mallorca, localidad que ha conseguido estabilizar la población de palomas gracias a las medidas tomadas desde el gobierno y que están en funcionamiento desde hace 20 años. Al uso de jaulas trampa hay que unir la utilización de cañones de red. Según estadísticas del consistorio balear, en un año se suelen cazar unos 2.000 ejemplares.

Por lo tanto, el control de aves en Madrid, Barcelona, Mallorca, Vitoria o cualquier otra ciudad no es un hecho aislado, sino una corriente en las ciudades españolas contra el aumento incontrolado de la población de palomas.