Las cláusulas trastocan a Vélez

Publicado el 23 agosto 2011 por Marianofusco

El 5 de julio, Vélez vendió a Ricky Álvarez por 12 millones de euros al Inter, en lo que, según los planes de la dirigencia de Liniers, era la gran venta que acostumbran hacer por semestre para que los números cierren y mantener el equipo competitivo que los mantiene en la cumbre desde hace años. Hoy, en pleno agosto, y con el campeonato en pleno funcionamiento, Gareca, que también tuvo que ver como le arrebataban a Maxi Moralez, se queda sin Silva, su máximo cañonero.

Vélez no quiso vender a Moralez ni tampoco quiere desprenderse de Silva. Está obligado a hacerlo porque tanto Atalanta con Moralez como Fiorentina con Silva ejecutaron las respectivas cláusulas de compra que figuraban en los contratos de los futbolistas. Al Fortín sólo le quedan los millones en la caja y la impotencia de perder a sus figuras. Vélez hace énfasis en que no son ventas, porque, de parte de ellos, no existe ninguna intención de dejarlos ir, pero, al figurar la opción de compra, pasa por una decisión unilateral de los jugadores.

Por Moralez, le quedaron 8 millones de euros. Por Silva, la irrisoria cifra de 2.5 millones de dólares. Números que están lejos de reflejar la calidad de dichos nombres. La cláusula de compra o rescisión no tiene relación con lo que perciba el futbolista, sino que es una cantidad libre que ambas partes deciden. En el caso del uruguayo, su condición para renovar hace pocos meses fue que la opción fuera ésa. Una modalidad a la que no estamos tan acostumbrados en el fútbol argentino, pero que en Europa es habitual y lo extraño es que no haya cláusula.

Encima, también sobrevoló el rumor de que la Roma quiere poner los 5 millones de dólares por la cláusula de Augusto Fernández, aunque desde Vélez garantizan que, como mínimo, se quedará hasta diciembre. Las cláusulas van desmembrando al campeón del fútbol argentino y alimenta a la Serie A. Tiene recambio (Mago Ramírez o Guillermo Franco) pero no a la altura de lo que significaron Moralez y Silva. A Gareca le toca rezar para que en el contrato del Burrito Martínez no haya ninguna cláusula.

Vélez, en teoría, no puede ir a buscar otro jugador porque el mercado en Argentina ya cerró, pese a que la ventana para las ventas siga abierto, en beneficio del mercado exterior. Vélez repite una y otra vez que no quiso vender al jugador, sino que la Fiorentina pagó el precio fijado para llevárselo en su contrato, por lo que buscarán que se les permita incorporar un nuevo refuerzo.

El fútbol argentino pierde a uno de los mejores delanteros, si no el mejor de todos, de las últimas temporadas. Temperamental, goleador, desequilibrante, técnico, filoso de cabeza, con comprensión del juego para moverse afuera del área y autor de numerosos golazos. Desde Vélez, da la sensación de que se le quiere cargar al uruguayo de una manera negativa el traspaso por elegir irse. Silva ya le dio lo suyo al Fortín, volvió después de que lo mandaran cedido a Banfield, dio todo de sí, pudo haber quedado libre y dejó un campeonato en las vitrinas. Tiene revancha en Europa a los 31 años. El error sería no aceptar el desafío.