El mercado inmobiliario se enfrenta a un año 2025 lleno de retos y oportunidades. Raúl Esteban Herranz, CEO de Jesthisa, asegura que “se avecinan cambios importantes marcados por la sostenibilidad, la digitalización y la demanda de viviendas flexibles.”
Uno de los factores clave es la creciente demanda de viviendas eficientes desde el punto de vista energético. Las normativas europeas sobre sostenibilidad, junto con la concienciación medioambiental de los compradores, impulsarán los proyectos que apuesten por materiales sostenibles y sistemas de energía renovable.
Además, la digitalización seguirá transformando el sector. “Los compradores quieren procesos más ágiles y transparentes, desde la búsqueda de vivienda hasta la firma del contrato,” señala Herranz. Las visitas virtuales y las plataformas de gestión online ya no son un lujo, sino una necesidad.
Por otro lado, el perfil del comprador también está cambiando. Las nuevas generaciones buscan viviendas que se adapten a sus estilos de vida, como espacios multifuncionales que permitan teletrabajar sin renunciar al confort. Jesthisa ya está respondiendo a esta tendencia con promociones como MINKA, diseñada para maximizar la funcionalidad y la comodidad.
Finalmente, Herranz predice un ajuste en los precios debido a la moderación de la demanda en algunas zonas, combinado con la creciente demanda de vivienda en ubicaciones clave cercanas a grandes ciudades como es el caso de Guadalajara con respecto a la capital. Este equilibrio ofrece oportunidades interesantes tanto para compradores como para inversores.
Con estos factores en juego, el mercado de la vivienda en 2025 se presenta como un escenario de transformación. Como concluye Raúl Esteban Herranz, “las empresas que sepan anticiparse y adaptarse a estas tendencias marcarán la diferencia”.