El interés por conocer cómo será el nuevo banco ha sido avanzado por los máximos dirigentes de Unnim que han explicado su intención de crear un banco instrumental siguiendo el modelo de la Caixa, para el cual ya han registrado las marcas de UnnimBanc (también con k) aunque la marca comercial definitiva está aún por definir (no se descarta la utilización de Banca Unnim).
La nueva entidad pretende ser una realidad en septiembre de este año. Nacería con un capital social de 750 millones de euros aproximadamente del cual Unnim Caixa pondría 500 millones. “Queremos tener siempre la mayoría absoluta”. En principio se reservan 75 millones para inversores institucionales mientras que el resto se ofrecerá a clientes y empleados de la entidad. Según comentan desde Unnim ya han recibido peticiones en ese sentido. En ese escenario no sería necesario disponer de la segunda ayuda que se ha demandado al FROB (200 millones) y que no utilizaría ya que el coste (10%) sería más caro que retribuir a los futuros accionistas. Con ello, sus recursos propios alcanzan los 2.300 millones.
También se está estudiando la posibilidad de externalizar en una sociedad todos los inmuebles para que el nuevo banco nazca libre de activos tóxicos y, de esa manera, ser más atractivo para los inversores. No es intención de sus directivos sacar a Bolsa la entidad de manera inmediata sino esperar a mejores momentos. De todas maneras, esa decisión dependerá de cómo se acaben de definir legalmente las necesidades de core capital.
Toda esta operativa la está liderando el director general adjunto, Jordi Mestre, ante la inminente jubilación del actual CEO, Enric Mata, que tiene previsto retirarse el próximo cinco de abril coincidiendo con la celebración de la asamblea de la entidad. "Queremos desarrollar una banca de proximidad, muy ligada a nuestro territorio natural", avanza Mestre.