La sequía estival es el gran escollo al que deben enfrentarse todos los seres vivos mediterráneos, y es evidente que a unos pájaros de campo abierto sometidos a esta prueba les ayudará muchísimo a superarla el poder ahorrar agua en su cuerpo. Y qué casualidad: las cogujadas tienen un metabolismo más lento que el de las alondras, lo cual las hace generar menos agua de respiración. Además, las cogujadas pierden menos líquido por evapotranspiración que las alondras, en lo que probablemente influyan tanto la capa de grasa que las aísla como, quizá, algo a primera vista tan irrelevante como... ¡la longitud del pico! Al exhalar el aire a través de los cornetes nasales, el pico más largo de la cogujada tendería a retener más vapor de agua que el de la alondra. Aunque esto aún no se ha confirmado como diferencia clara entre ambas especies, es la tendencia general en su familia (Aláudidos).
¿Es la selección natural la causa de estos rasgos? Entonces, seguramente la alondra emigra para evitar el verano mediterráneo, al que no estaría tan bien adaptada como nuestra "pájara moñuda". Pero, desde mi ignorancia, hay al menos otra alternativa: que el origen de estos rasgos sea simplemente que los pollos de la cogujada han crecido en un hábitat más cálido y seco (plasticidad fenotípica)... Si fuera así, entonces el instinto migrador de las alondras sería en realidad lo que las excluye del Sur de Iberia, pero no su capacidad de adaptación. Es una posibilidad, pero personalmente sospecho que la selección natural está muy implicada en este asunto. En todo caso, las cogujadas no sólo no son tontas, ni "vulgares", sino que tienen mucho que enseñarnos, según con qué ojos las miremos.