Hace unos días, harta de tantas comparaciones y consejos cansinos sobre la alimentación de mi peque publiqué la primera parte de toda una serie de deducciones a las que he ido llegando en estos primeros dos años de vida de mi peque. Podeís leer esta primera parte en Las comparaciones son odiosas y más entre niños. Este niño no me come (1a. parte).
Pues bien, llegó la hora de la segunda entrega. Aquí unas cuantas deducciones más a la que una llega cuando analiza los dos primeros añitos de su peque delante del plato de comida:
El que coma o no coma un niño se ha convertido en un asunto de “honor” para los padres. Sí, habéis leído bien, paradlo
Niños que se sienten incomprendidos. Pongámonos ahora un momento en la piel del peque. ¿Qué creéis que debe pensar cuando de repente sus padres, sí, sus padres, aquellos en quien tanto confía y adora, insisten una y otra vez en meterle más y más cucharadas en la boca cuando él ya tiene la barriga llena y no puede más? y encima si echa fuera la comida porque su pequeñito estómago ya está más lleno que el neceser de McGiver sus padres le gritan y se enfadan.
Pesadilla verde. Leí hace un tiempo en uno de esos libros que solemos leer las mamás que el estómago de los niños al ser pequeño sólo admite pequeñas cantidades por lo que el peque necesita sobretodo alimentos que le aporten muchas calorías en pequeñas cantidades. Como sabréis, las verduras tienen mucha fibra y pocas calorías, sí, geniales para nosotras, las mamis, ya sabéis por lo del “libérate” y la operación bikini, pero, ¿qué les pasa a los peques? pues que en la cantidad que admite su estómago no les sacia. Entonces, no les damos verdura y les damos chocolate, que ese sí que sacia y tiene calorías en poco volumen? pues claro que no, hay que darles verduras, que son geniales, pero no atiborrarlos de ellas porque les quitará el apetito para comer algo más de segundo plato que las complementará con un aporte extra de calorías, tan necesarias para ellos (siempre en su justa medida).
La pesadilla de la fruta. Con la fruta pasa más de lo mismo que con la verdura. Así que también hay que tenerlo en cuenta. Y si tu
La crisis del año. Suerte que antes que mi peque cumpliera un año leí acerca de este tema sinó me hubiera vuelto lela viendo como mi peque con un añito comía menos que meses atrás. Pero resulta que sí, que más o menos al año, se frena la velocidad de crecimiento de los peques y en consecuencia no necesitan la misma cantidad de alimento. Dicen que a los 5 años vuelve a aumentar el gasto energético y vuelven a comer como cosacos. Cuando mi peque llegue, ya os contaré, aunque para eso aun le quedan unos añitos.
Continuará…