Las Conquistadoras

Por Selva Del Olvido
Lamentamos que en estos días la regularidad del blog haya caído, pero Febrero es un mes complicado para los estudiantes, y a veces es mejor no escribir, que hacer una chorrada. Aun así, siempre hay un suspiro en las trincheras y hay que aprovecharlo. Por eso les traigo un tema hoy de mi propio estudio, pero que me parece interesante que sea conocido: Hoy, las mujeres que emigraron a América en la época de la "conquista"

Pongámonos en situación. 12 de Octubre de 1492, Colón arriba a San Salvador.En toda la expedición no hay una sola mujer, tampoco entienden a los hombres que se encuentran habitando la isla. Mucho menos su entorno. Es de suponer que se sucedieron episodios de violaciones o incluso de romance entre extranjeros y nativos. Era una situación complicada. El poder de los españoles en aquellos territorios radicaba en su presencia. En 1493 ya acompañaban a Colón 1.200 personas. 
Eran personas elegidas con exquisito cuidado. Para viajar a las Indias se necesitaba un permiso especial de la Casa de Contratación y a partir de 1546 del Consejo de Indias. No podían viajar judíos, ni moriscos, gitanos, delincuentes y curiosamente a petición de los monarcas, desde 1509, ningún abogado sin conocimiento expreso de la corona. ¿Y las mujeres?
Últimamente parece estar inscrito el mito historiográfico, incluso cultural del conquistador español, asesino de indígenas, violador de mujeres. En ninguna imagen mental que nos podamos hacer aparecen mujeres sorteando las dificultades de los alisios, arribando en tierras desconocidas, conociendo seres humanos totalmente opuestos a su concepción vital. Pero si lo hicieron. Estuvieron en la conquista y tuvieron un papel protagonista.
Algunos demógrafos como Mörner establecen una migración total para el siglo XVI de 242.853 españoles. Y otros un total de medio millón de españoles para los tres siglos de ocupación. La mayoría de esta migración se realizó en e siglo XVI y ciertamente fue una migración mayoritariamente masculina. Tan solo el 10% del porcentaje migratorio era femenino, al menos en el terreno de la oficialidad. De ese 10% el 60% eran mujeres andaluzas. Al menos esas son las cifras oficiales. 
Aunque parece ser que en este caso, lo oficial quedaba superado por el contrabando y pasaron muchas más mujeres de las que los datos mencionan. Hay que entender lo siguiente. En España, los estudios demográficos revelan un crecimiento mayor de la población femenina sobre la masculina en esa época, en resumen, había muchas más mujeres que hombres. En una sociedad en la que la mejor opción para una mujer del pueblo llano era casarse con un hombre que pudiera proporcionarle comida diaria, y que no tuviese un trabajo demasiado duro en el que colaborar, esta cantidad de más de mujeres era un incoveniente.
En resumen, existía demasiada competencia. La competencia lleva a la conformidad, y muchas jovencitas estaban casadas con quienes convenían en aquellos momentos. Imaginad que clases de oportunidades se abrieron en esta sociedad para las mujeres. El efecto llamada fue inmediato. De las más de mil mujeres viajan a las Indias en los 30 primeros años desde que existe la Casa de Contratación solo el 30% estaban casadas. El resto iban a la aventura. Eran mujeres casaderas en busca de una oportunidad mejor, de un marido con posibilidades de ascenso social.
Los hombres estaban encantados con la posibilidad de tener una esposa blanca en las Indias y por eso los capitanes de barco las dejaban en muchas ocasiones, pasar sin ningún tipo de licencia de la casa de Contratación o del Consejo. Otras mujeres se aburrieron del marido que les tocó en suerte en el territorio americano y decidieron venderse como prostitutas, y no debía ser mal negocio allí por que en 1582 en Potosí, había más de 120 cortesanas españolas.
Con Felipe II las cosas se regularizaron bastante, y trató de impedir por una orden real de 1575 que se embarcasen mujeres sin autorización, por muy solteras que fuesen y por muchas ganas de esposa que tuvieran los adelantados. 
Las mujeres no obstante no solo iban allí para casarse o hacer negocio. Hubo algunos como Doña Mencía Calderón que ejercieron el oficio de conquistadoras. La historia de Mencía comienza cuando su marido Juan de Sanabria recibe el título de adelantado para el Río de la Plata. Cuando están terminando de preparar la expedición en Sevilla el adelantado muere. Mencía, muy lejos de dejar de lado los planes de su difunto esposo los continua. Termian toda la planificación y parte ella en 3 barcos con 50 mujeres y su hijo Diego.
Tras 8 meses de viaje infernal consiguieron llegar a América asaltadas por piratas y ladrones. Sus naves quedaron destrozadas, pero eso no fue obstáculo para Mencía.  De los restos construyeron un bergantín y se dispusieron a navegar hasta el Río de la Plata. Al arribar a puerto, lejos de su destino, toparon con la tribu antropófaga de los tupis, que las acosaron buscando su carne.
Cuando estuvieron a salvo del los salvajes iniciaron un recorrido de 400 kilómetros a través de la selva para llegar a su destino, que hicieron en cinco meses. Sortearon alimañas, fieras, insectos, enfermedades. ¿Y saben que? Mencía llegó a su destino y consiguió que su hija Isabel, se casara con el fundador de Buenos Aires y Santa Fe.
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