Revisemos los interesantes artículos que la profesora Darcia Nárvaez, profesora de la Universidad de Notre Dame y experta en las relaciones entre neurobiología, salud mental y moralidad, publica en sus libros y en su blog, desgraciadamente no están traducidos al castellano, pero con el traductor de Google puede hacerse un apaño si no dominas muy bien el inglés:
Concretamente en estos dos artículos: "Cuidado con nuestros niños varones, especialmente bebés varones" donde desarrolla está idea:
"Los niños varones son más vulnerables a los trastornos neuropsiquiátricos que aparecen tempranamente (las niñas son más vulnerables a los trastornos que aparecen más tarde). Estos incluyen autismo, esquizofrenia de inicio temprano, TDAH y trastornos de la conducta. Estos han ido aumentando en las últimas décadas (curiosamente, cuando más bebés se han puesto en centros de cuidado de día, casi todos los cuales proporcionan una atención inadecuada para los bebés).
"Schore afirma, "a la luz de la maduración cerebral del lactante, la función segura de la madre de fijar el apego como un regulador del afecto interactivo sensible de su cerebro derecho inmaduro en el primer año es esencial para el óptimo desarrollo socioemocional masculino". (la negrita es mía)
y en este otro, donde explica como y por qué el liderazgo masculino está frecuentemente asociado a la sociopatía, y esta sociopatía relacionada con los pobres cuidados y el elevado estrés recibido en la primera infancia.
Como ya sabemos, la etapa primal es una etapa crítica de conformación de la personalidad, y el estrés perinatal y los cuidados pobres perjudican a todos los bebés, niñas y niños, pero es especialmente curioso que en esta etapa tan crítica los varones sean aún más vulnerables. Es como si la naturaleza protegiera más a las hembras.
Así nos encontramos con una gran paradoja: mientras una buena parte del feminismo ocupa sus energías en defender la incorporación inmediata de la mujer al trabajo, poniendo como solución el cuidado de los bebés en instituciones desde casi el nacimiento, mayor será el estrés y la pobreza de cuidados que reciben los bebés, lo que afecta especialmente a los bebés varones. Y por tanto, mayores posibilidades existen de que los futuros hombres de la sociedad sean más violentos, menos empáticos, menos cuidadores, y en general, por tanto, más patriarcales, más dados al abuso y la violencia.
Es decir, que la neurobiología refuerza la idea que ya hemos desarrollado en otras partes, de que las madres ausentes, poco amorosas o poco sostenidas, somos en realidad el mecanismo de transmisión del patriarcado, entendido este como violencia en general, como sociopatía, como falta de empatía, como falta de capacidad para amar y para cuidar. Solo los varones amorosamente cuidados desde la concepción y el nacimiento, podrán desarrollar la sensibilidad necesaria para cambiar las formas violentas patriarcales.