Las constelaciones chinas y la mitología

Publicado el 12 septiembre 2018 por Tdi @RLIBlog

Hay algo que me fascina: los mitos contados en todo el mundo. Pone en perspectiva cómo explicaban la realidad distintos puntos del globo, en distintas épocas, separados por siglos o miles de kilómetros. Por muy dispares que fueran las civilizaciones, todas alzaron su mirada al cielo. La gran mayoría observaba las mismas estrellas, sin embargo, su organización era moldeada por sus creencias. Aquí se origina la relación entre los mitos y la astronomía. Los sumerios influenciaron al mundo occidental, compartiendo, junto con su cielo, los datos técnicos y supersticiones. Entonces ligados, con el tiempo partirían caminos distintos como astronomía y astrología.

Se ha postulado que las influencias sumerias también alcanzaron China, aunque fueron mucho menores. Según esta hipótesis, el MUL.APIN y las estrellas cardinales en el Clásico de historia ( Shujing), concretamente en el canon de Yao ( Yáo diǎn), se vieron influenciados por la astronomía sumeria del 2300 a.C., en torno al reinado de Sargón de Acad. Este cálculo se realizó por los datos de la precesión de los equinoccios.

Historia

La astronomía china comenzó a mediados de la dinastía Shang (c. 1600 a.C.- c. 1046), según los huesos oraculares encontrados en Anyang. En vez de constelaciones, se desarrolló un sistema de mansiones durante el gobierno del rey Wu Ding (1339-1281 a.C.). Desde el periodo de los estados combatientes (s. IV a.C.) y desde la dinastía Han se comenzó el registro detallado de las observaciones con las aportaciones de Shi Shen y Gan De. Junto con Wu Xian, de la dinastía Shang, fueron los tres grandes astrónomos chinos. Sin embargo, sus observaciones se centraban en las estrellas circumpolares, en vez de los ortos helíacos y la ocultación de las constelaciones zodiacales como en occidente. Desde entonces los astrónomos usarían colores distintos para representar las estrellas de cada escuela. Las de Shi Shen en rojo, las de Gan De en negro y las de Wu Xian en círculos blancos.

En los dos primeros siglos de nuestra era, con la expansión del budismo, se vio influenciada por los astrónomos indios. En el siglo III, el catálogo de Chen Zhuo, citado por autores posteriores, contenía 1464 estrellas, 400 más que el Almagesto de Ptolomeo. Luego le seguiría la influencia musulmana durante la dinastía Yuan (1279-1368), seguido por un periodo de decadencia hasta la llegada de los misioneros jesuitas a finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Sin embargo, su alcance fue limitado y, tras la polémica de Copérnico, debían adscribirse a la teoría geocéntrica. Posteriormente le siguió la visión geoheliocéntrica de Tycho. Sin embargo, hubo disparidades, ya que los chinos consideraban que los cuerpos celestes flotaban en un vacío de espacio infinito, en oposición a las esferas cristalinas aristotélicas. No sería hasta 1623 cuando el jesuita polaco Michael Boym introdujo las tablas rudolfinas a la corte Ming. Sin embargo, la visión copernicana no se acepta ampliamente en China hasta comienzos del siglo XIX con la participación de misioneros protestantes.

"Constelaciones"

Los tres recintos

Como mencioné antes, el antiguo sistema chino no usa constelaciones. En primer lugar, hay tres "recintos" delimitados cada uno por dos "muros":

  • El Recinto Prohibido Púrpura: delimitado por los muros formados por Casiopea, Cefeo y Dragón, a la izquierda, y Dragón, Osa mayor y Jirafa a la derecha.
  • El Recinto del Palacio Supremo: delimitado por Virgo y Cabellera de Berenice, a la izquierda, y Leo y Virgo a la derecha.
  • El Recinto del Mercado Sagrado: delimitado por Hércules, Serpiente, Ofiuco y Águila, a la izquierda, y Serpiente, Ofiuco y Hércules, a la derecha.

Símbolos y mansiones lunares

Aunque no seáis aficionados a la astronomía o mitología china, seguro que os suenan la tortuga negra/guerrero oscuro Xuanwu, el dragón azur/verde Qing Long, el ave bermellón Zhu Que y el tigre blanco Bai Hu. Si aún no os suena, quizás los conozcáis por sus nombres japoneses: Genbu, Seiryū, Suzaku y Byakku, conocidos como los guardianes de Kioto. Están presentes en multitud de productos como Digimon, Beyblade, brevemente en Kill La Kill, Fushigi Yuugi o Yuyu Hakusho, por mencionar los más famosos. Representan el norte, este, sur y oeste, respectivamente. También representan una estación, color y elemento. En el sentido horario, representan: invierno, negro, agua; primavera, azur/verde, madera; verano, rojo, fuego; otoño, blanco y metal.

Representan los cuatro signos que dividen el cielo. Cada uno contiene siete mansiones nombradas en base a una estrella en concreto de cada grupo. Las mansiones son franjas verticales del cielo que servían de marcadores para el transcurso lunar. Estas mansiones no son equidistantes. Se extendían de un polo a otro, espaciadas entre 2º (20ª mansión) a 33º (22ª mansión), repartidas estas dos en el tigre blanco y el ave bermellón, respectivamente.

Los nombres de las mansiones pueden indicar la zona del signo, como Cuerno, Corazón y Cola en el dragón azur (Qing Long) del este, mientras que otras mansiones como Fantasma, Sauce o Pozo en el ave bermellón (Zhu Que) del sur, en principio, no tienen mucho sentido. Otras mansiones son más confusas, como Pico de Tortuga en el tigre blanco (Bai Hu) del oeste y no en la Tortuga Negra (Xuanwu) del norte. La explicación para los nombres se pierde en el tiempo.

Ajeno a las constelaciones, pero relacionado con los cuatro signos, está Huanglong, el dragón amarillo central, señalado como el centro del cosmos y relacionado con el cambio de estaciones y la tierra. Era el símbolo del emperador chino. Esta división en cuatro puntos cardinales y una zona central también estaba presente en la Tierra, mostrándose en los mitos de los cinco emperadores o tearcas, cuyo único miembro fijo es el emperador amarillo (Huangdi, en el centro). En cambio, los cuatro símbolos se han mantenido estables. Los únicos cambios drásticos son la sustitución del tigre blanco por el qilin en Vietnam y el dragón amarillo por vacío en Japón.

Mientras tanto, el hemisferio sur era desconocido para los chinos. Xu Guangqi (1562-1633) introduce 23 asterismos basándose en las cartas celestes europeas. Las constelaciones del hemisferio sur fueron creadas entre 1595 y 1597 por Pieter Dirkszoon Keyser y Frederick de Houtman. En ese caso, constelaciones como la Mosca se convertían en Abeja, mientras se mantenían otras como Triángulo, Cruz, el Pez Volador o la Gruya, combinada esta con el tucán pero con el pico por separado. Otras se adaptan. El Centauro pasa a ser los asterismos Cola del Caballo y Vientre del Caballo, mientras la Hidra pasa a ser la Cola, Abdomen y Cabeza de la Serpiente.

En la actualidad, algunas estrellas han mantenido su nombre tradicional. Por ejemplo, los nombres chinos de las estrellas del triángulo de verano (Altair, Vega y Deneb) son los personajes del cuento de El vaquero y la tejedora. En resumen, son dos amantes (Altair y Vega) separados por un río (Vía Láctea) por orden del padre de ella (Deneb). Solo el séptimo día del séptimo mes, las urracas construyen un puente con ramitas para que puedan encontrarse. Sin embargo, es frágil y tan solo dura un día. El día se celebra en China con el nombre de Qi Xi (Tanabata en japonés).

  • Ridpath, I. (2018). Star Tales - Chinese constellations. [online] Ianridpath.com. Available at: http://www.ianridpath.com/startales/chinese.htm [Accessed 12 Sep. 2018].
  • Xu, J. (2009). Ancient Chinese constellations. Proceedings of the International Astronomical Union, 5(S260), 107-115.
  • Chinese astronomy. (2018, September 09). Retrieved from https://en.wikipedia.org/wiki/Chinese_astronomy
  • Chinese constellations. (2018, September 06). Retrieved from https://en.wikipedia.org/wiki/Chinese_constellations

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