Desde nuestro punto de vista, las asociaciones y los movimientos sociales nacen principalmente como respuesta a las contradicciones sociales, como reacción a los choques entre fuerzas que tienen intereses contrapuestos o con el fin de conseguir la satisfacción de unos intereses o demandas que son los de una parte de la sociedad. Por lo tanto esa sería la explicación de su nacimiento “natural” y, para entenderlos, nos situaríamos cerca del paradigma de la identidad, aunque, en su crecimiento, entren en juego otros muchos factores y el desarrollo posterior de los movimientos también dependa de su capacidad de movilización de recursos.
No hay por qué ocultar que en toda sociedad hay personas y grupos con intereses diferentes y que fácilmente pueden ser contrapuestos y entrarán en confrontación. Pero ¿qué es lo que ha ocurrido en el análisis social? Siempre ha habido contradicciones y conflictos sociales, y pensadores que analizaban cuál era la contradicción principal en cada momento y situación, tratando de explicar los conflictos sociales a partir de esa fractura o fracturas (económica, sexual, ecológica...).Según Karl Marx, como hemos visto, la contradicción principal y determinante en la sociedad humana es la económica, la derivada de la contradicción entre grupos y clases sociales que luchan por sus propios intereses económicos, con arreglo a la posición que ocupan en el sistema y en relación con la propiedad de los medios de producción. Por su parte, Sigmund Freud analizaba que todo se podía explicar desde la sexualidad, estudiando la evolución de las contradicciones de cada persona desde el punto de vista sexual, y observando que los conflictos colectivos también pueden derivar de pulsiones sexuales reprimidas, como puede ser por el complejo de Edipo, deseo de matar al padre, a la autoridad, a la que admiramos pero nos reprime y que necesitamos superar para sentirnos libres.Desde un punto de vista más global, holístico, Jesús Ibáñez, en 1991, nos hablaba de que vivimos en cuatro tipos de intercambios o “explotaciones”. En palabras de Tomás Villasante: “La explotación de la naturaleza en primer lugar, pues es con el medio espacial-temporal con lo primero que nos relacionamos ... La explotación del hombre por el hombre, pues parece que en la historia de la humanidad es una constante la lucha de clases (...) La explotación de las personas diferentes, sea por los patriarcas en las familias, o los colonizadores o conquistadores de otros pueblos (...) Y la explotación de uno mismo, que Ibáñez identifica con la dominación de las mentes, ideas y mensajes por posiciones dogmáticas o ideológicas que imposibilitan el pensar por un mismo” (Villasante, 2014:122).Johan GaltungComo veremos, las cuatro explotacionesque citábamos de Jesús Ibáñez, se pueden ampliar a siete u ocho contradicciones o fracturas, pero también se pueden agrupar en tres marcos generales de contradicción (propuestas de Sánchez-Casas):1.- Las relativas al mundo de la producción: fruto del choque entre el Estado y el Mercado, el capital y los trabajadores, o los países ricos y multinacionales con los países y zonas empobrecidas, al igual que las contradicciones internas en la sociedad de los tres tercios (ricos, clases medias y excluidos), que producen contradicciones de carácter marcadamente económico. De estas contradicciones se deriva la lucha de clases y, como consecuencia, el movimiento obrero y los movimientos a favor de un reparto más justo de la riqueza.2.- Las fracturas relativas al hábitat:de las que surgen los movimientos ecologistas, ciudadanos, por la vivienda, consumidores, por la tierra...3.- Las fracturas de socialización:de género (a partir de la contradicción sexual), edad (generacional), etnias - racial y cultural... Se mueven en el marco de la contradicción entre más democracia y derechos humanos universales frente a más desigualdad/falta de derechos. Derechos para todos por igual o diferenciación de derechos según edad, género, color, cultura, religión,…Johan Galtung (1930, Oslo) nos habla de siete tipos de contradicciones sociales, a las que habría que añadir, desde mi punto de vista, la contradicción entre la vida y la muerte o entre la enfermedad y la salud. O desde la apreciación cultural de lo que se considera “normalidad” y lo que se considera diferente funcionalmente, como es lo relativo al concepto de “discapacidad” o de diversidad funcional. Por eso a partir de las cuatro “explotaciones” o de las tres grandes fracturas sociales, podemos hablar de un total de ocho contradicciones que aparentemente nos explicarían el porqué del surgimiento de todos los movimientos sociales. Son las que figuran en el cuadro 2.
Fuente: elaboración propia. Se toman como referencia las siete contradicciones descritas por Galtung (1992).
[Este artículo se ha redactado a partir de un extracto del apartado incluido en el capítulo 1º del libro: “Desde las Asociaciones de Vecinos al 15M y las mareas ciudadanas [breve historia de los movimientos sociales]”. Editorial Dykinson (2016).
En próximas entradas de este blog seguiremos publicando algunas partes significativas del libro. Las referencias bibliográficas completas figuran en el último capítulo del libro.]