Superior Provincial de América Central
Nos acercamos a Teresa de Jesús, desde esta perspectiva espiritual, es decir, no nos centraremos tanto en lo biográfico, sino que más bien en los girones espirituales más significativos de su vida. Teresa narrará sus profundas vivencias espirituales, pero de igual manera no quisiera ni ocultar ni negar, las debilidades que amenazaron los primeros cuarenta años de su vida. Ya desde el prólogo de su autobiografía tiene ese deseo: “Quisiera yo que, como me han mandado y dado larga licencia para que escriba el modo de oración y las mercedes que el Señor me ha hecho, me la dieran para que muy por menudo y con claridad dijera mis grandes pecados y ruin vida. Diérame gran consuelo. Pero no han querido” (Pról n. 1). Con todo, quizá haciendo caso omiso de quienes le mandaron escribir, algunas intimidades de eso que llama “ruin vida” se dejaron deslizar entre los abundantes relatos de su autobiografía. Sin embargo, dichos límites y a veces hasta pecados no son narrados para satisfacer la curiosidad mal sana de algunos lectores, sino para que la bondad ilimitada del Señor quede manifiesta: “miren lo que ha hecho conmigo, que primero me cansé de ofenderle que su Majestad dejó de perdonarme” (V 19,15), ella está convencida de la bondad del Señor “con regalos grandes castigabais mis delitos” (V 19,14).
Habiendo experimentado abundantemente el amor misericordioso del Señor en sus incoherencias, no se cansa en su deseo de querer contagiarnos de ese Dios que se ha mostrado espléndido en su vida, por eso a la hora de escribir para ser discernida en sus vivencias, tiene también otra intencionalidad secreta: “que después de obedecer, es mi intención engolosinar las almas de un bien tan alto” (V 18,8). Nos acercaremos a Teresa dejando que ella realice esa su intención en nosotros, pues sabemos también que: “No soléis vos hacer, Señor, semejantes grandezas y mercedes a un alma, sino para que aproveche a muchas” (V 18,4).
Algunos teresianistas se han acercado a la vida de Santa Teresa desde muchas ópticas. Mi humilde aporte, es hablar de la Santa, desde la perspectiva de las conversiones pero haciendo una labor desde el discernimiento espiritual. Se habla que ella tuvo cuatro grandes conversiones, las cuales son: a la vocación, a la oración, ante el Cristo muy llagado, y la afectiva.
Este es el esquema del artículo:
- La conversión a la vocación
- La conversión a la oración
- La conversión ante el Cristo muy llagado
- a) La confianza en Dios
- b) Don de lágrimas y compunción
- La conversión afectiva
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