Las copas menstruales (Parte 1)

Por Matronaonline

Antes de hacerme matrona jamás había oído hablar de las copas menstruales. Empecé a verlas en anuncios de publicidad de Facebook y pensé que era un nuevo invento, una nueva moda como tantas. Poco a poco fui informándome más y acabé descubriendo que el invento es, nada más y nada menos… ¡de los años 30! Vamos, que el objeto “de moda” cuando nos queramos dar cuenta cumple los 100 años. Ahí es nada. La primera era de látex y la creó la actriz estadounidense Leona Chalmers.

Habrá quien piense que si no está hoy en día extendido su uso sea porque no tenga tantos beneficios como vende, pero no hay que olvidar un detalle enormemente poderoso. El señor don dinero. Una mujer usará a lo largo de su vida entre 10.000 y 14.000 tampones y/o compresas. Hay marcas más caras y marcas más baratas, pero… por muy económicas que se escojan, el gasto es importante, superando los 2.000€ a lo largo de toda la etapa fértil. Según la web del Instituto Nacional de Estadística, en España a finales de octubre de 2012 había 23 millones y medio de mujeres. ¿Montaríais un negocio que os asegurara 2.000€ de cada una de ellas? Sí, ¿verdad? A partir de 15€ se puede conseguir una copa menstrual que dura 10 años. Una mujer necesitaría una media de 4 copas a lo largo de su vida fértil (60€). Entenderéis ahora por qué no ha interesado en estos casi 100 años promocionar esto… ¿no?

Ya hemos visto una de sus principales ventajas, pero tiene muchas más. Ya no se fabrican de látex, sino de silicona médica en su mayoría. Las hay de colores, pero son todos a base de colorantes aprobados incluso para su uso alimentario, por lo que no suponen ningún riesgo químico.

Son habituales en algunas mujeres episodios de picor relacionados con el uso de ciertas marcas de compresas, ya que su composición incluye varios compuestos que, en ocasiones, producen irritación. El algodón de los tampones está sometido a pesticidas y productos blanqueantes. Los controles son muy minuciosos, pero aún así hay una parte de la población a la que le produce cierta irritación su uso.

La silicona médica es extrañísimo que produzca una reacción indeseada. No sólo no da alergias, sino que gana por goleada a los tampones en cuanto al mantenimiento de la lubricación vaginal. Los tampones absorben toda la humedad que haya en la vagina, llevándose por delante el flujo que nos protege frente a las infecciones. Además, si se retira un tampón parcialmente seco, se producen microerosiones en la mucosa vaginal, favorecidas por este estado de excesiva sequedad.

La copa menstrual no es absorbente, sino que se limita a recoger el contenido menstrual en su interior. Cada cierto tiempo (unas 12 horas, frente a las 8 de los tampones) se vacía, se aclara con agua o se limpia con una toallita y se vuelve a colocar. Una de las grandes preocupaciones es cómo hacerlo si hay que cambiarla en un baño público o en el baño del trabajo, donde no haya un lavabo para aclararla. No es necesario hacerlo. Se puede vaciar y volver a colocar sin ningún problema. Si se quiere limpiar, se puede hacer con una toallita húmeda. Ojo, que no vale cualquiera, debe ser respetuosa con el material para que no se deteriore antes de tiempo. Pero ya os digo que se puede tener puesta hasta 12 horas, así que lo habitual será poder vaciarla en casa cómodamente.

Tus dudas resueltas, en matronaonline

Estamos en Facebook

TAL VEZ TAMBIÉN TE INTERESE:

La regla normal y sus alteraciones

El ciclo menstrual