por Pablo A. Llerandi-Román
“Necesito del mar porque me enseña”, Pablo Neruda, El mar
Los navegantes, pescadores y amantes del mar han sabido, por siglos, que las corrientes marinas en la superficie del océano, y hasta unos cuantos cientos de metros de profundidad, ocurren por la influencia del viento. Esa interacción entre el viento y las corrientes se nota fácilmente al soplar el café que nos tomamos en la mañana. Nuestro soplido causa pequeñas ondulaciones y corrientes que viajan en la misma dirección en la que soplamos la superficie del café. Las corrientes marinas superficiales trabajan de la misma manera, son un gran sistema de transporte de agua que se mueve debido a la fricción entre el aire y el agua en la dirección que sopla el viento. Pero más interesante aun es que la localización de los continentes y la rotación de la Tierra también afectan a las corrientes marinas superficiales.
Corrientes marinas superficiales
Si la Tierra no tuviera continentes las corrientes marinas superficiales se moverían en la misma dirección que las corrientes de viento alrededor del planeta. Sin embargo, la realidad es que esto no es del todo posible, por lo menos no en todas partes. Los continentes son barreras topográficas que desvían a las corrientes. Por ejemplo, la Corriente Circumpolar Antártica (CCA) se mueve de oeste a este bordeando a la Antártica en la franja oceánica que queda al sur de América del Sur, África y Oceanía. En esa zona no hay continentes o masas terrestres mayores que contengan y desvíen a la corriente, por lo que la CCA discurre alrededor de la Antártica velozmente influenciada por los vientos prevalentes en esa región.
Circulación global de los vientos. Imagen tomada de Wikimedia Commons: http://en.wikipedia.org/wiki/File:Earth_Global_Circulation.jpg
En contraste, existen unas corrientes en el Océano Atlántico cuya circulación está afectada por la localización de los continentes. Estas corrientes se forman por los vientos alisios que soplan desde el noreste en el hemisferio norte y desde el sureste en el hemisferio sur en la zona subtropical y tropical. Estas corrientes marinas se conocen como la Corriente Ecuatorial del Norte y la Corriente Ecuatorial del Sur. Al llegar a la parte occidental de la cuenca del Atlántico, el agua no puede seguir su rumbo hacia el oeste debido a que allí se encuentran con una barrera, las Américas. Esta situación, unida al efecto de Coriolis, hace que las corrientes se desvíen hacia el norte (derecha) en el hemisferio norte y hacia el sur (izquierda) en el hemisferio sur, discurriendo por la parte oeste de sus respectivas cuencas oceánicas (por la costa este de América del Norte y de América del Sur). La Corriente del Golfo y la Corriente de Brasil son ejemplos de las corrientes que se mueven hacia el norte y el sur respectivamente luego de desviarse de las corrientes marinas ecuatoriales. En este mapaproducido por NOAA se puede observar cada corriente descrita (y otras) detalladamente.
Corriente del Golfo. Los colores rojo y anaranjado representan agua cálida, los colores azul y verde representan agua fría. Imagen tomoada de NOAA: http://oceanservice.noaa.gov/education/kits/currents/media/supp_cur05d.html
Una vez las corrientes se mueven hacia el norte y sur, éstas son influenciadas por los vientos provenientes del oeste que ocurren entre la latitud 30° y 60° en ambos hemisferios. Esta interacción desvía las corrientes hacia el este, tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur. Una vez las corrientes alcanzan la parte oriental de la cuenca del Atlántico se desvían hacia el sur (derecha) en el hemisferio norte y hacia el norte (izquierda) en el hemisferio sur. Esto ocurre debido a la presencia de las “barreras” formadas por Europa y África y por el efecto de Coriolis. La desviación hace que el agua regrese al área ecuatorial mediante corrientes a lo largo de la parte este de la cuenca oceánica formando un circuito giratorio semicircular de corrientes marinas superficiales llamado giro oceánico subtropical. En el hemisferio norte el giro oceánico subtropical se mueve a favor de las manecillas del reloj. En el hemisferio sur se mueve en contra de las manecillas del reloj.
Localización de los giros subtropicales. Imagen tomada de NOAA: http://oceanservice.noaa.gov/education/kits/currents/05currents3.html
Existen giros subtropicales en el norte y sur de los océanos Atlántico y Pacífico y en la parte sur del Océano Índico. También existen giros en la zona polar, producidos por la interacción entre los vientos del oeste en la latitud 60° en ambos hemisferios. Estos giros subpolares son más pequeños y giran en dirección contraria a los giros subtropicales adyacentes.
Otra característica interesante de las corrientes superficiales marinas en la zona ecuatorial es que las corrientes mueven tal cantidad de agua hacia el oeste que esta se acumula en los límites occidentales de las cuencas oceánicas. Al acumularse el agua se forman lomas leves que elevan el nivel del mar en la zona occidental de la cuenca. Este fenómeno causa la formación de una contracorriente que se mueve en dirección contraria a la Corriente Ecuatorial del Norte y la Corriente Ecuatorial del Sur. Esto se debe a que la gravedad hace que el agua regrese a las zonas más bajas. La contracorriente ecuatorial, al igual que otras corrientes superficiales en el área ecuatorial del Océano Atlántico, fluye de forma variable de acuerdo con las diferentes temporadas del año. Los cambios en la temperatura en ambos hemisferios durante el año y los cambios en la dirección y localización de los vientos asociados con los movimientos de la Zona de Convergencia Intertropical influyen en la variabilidad de estas corrientes marinas superficiales.
El sistema de corrientes oceánicas superficiales es uno donde la energía del viento se transfiere al agua y donde la rotación de la Tierra, la posición de los continentes, la gravedad y la fricción influyen en la velocidad, dirección y tamaño de las corrientes. El conocer mejor este sistema de corrientes nos ayuda a comprender la interacción entre los distintos sistemas terrestres.