Aunque lo más normal sería estar preocupado por lo que vivimos ayer en el Calderón, yo estoy muy positivo y prefiero centrarme en que logramos los tres puntos más que en el hecho de que el Rayo Vallecano nos metiera tres goles en diez minutos por una falta de concentración total y absoluta. Si lo pensáis bien, este es el típico partido que, otras veces, hubiéramos perdido, pero que con el Cholo de entrenador las cosas han cambiado y ahora se ganan.
Como lo cortés no quita lo valiente, me quito el sombrero ante Diego Costa, que ayer se quitó el mote de “Rantamplan” a base de asistencias y profundidad. Participó en los cuatro goles, en los dos primeros asistiendo directamente a Mario Suárez y Koke, en el tercero dando el pase a Juanfran para que asistiera a Ardá y provocando el penalty en el cuarto. Sin ningún tipo de duda, su mejor partido, no solo con la camiseta del Atleti, sino de su vida y lo más curioso es que no metió ni un solo gol y solo estuvo en el campo 56 minutos. Ojalá me haga comerme todas mis palabras y siga jugando a este nivel porque eso será bueno para nuestro Atleti.
Del resto del partido diría que fue un “meneo” considerable del Atleti que, sin hacer grandes alardes técnicos, dominó el encuentro de principio hasta el minuto 82, con cuatro goles, siendo el del turco el 4.200 en ligas por parte rojiblanca, con posesión y con mucho oficio. No le puedo poner ni un solo “pero” al equipo. Pero en el minuto 82, los once jugadores de campo con las camisetas rojas y blancas decidieron que el partido se había terminado y, claro está, no era cierto, lo que aprovechó el Rayo Vallecano y en especial Delibasic para meter goles y miedo en la grada.
En los dos primeros goles en contra la falta de intensidad defensiva es insultante y el montenegrino del Rayo marca a placer. Ninguno de los defensas rojiblancos que se encuentran alrededor hacen nada por entorpecer al delantero. En el tercero aparecen los nervios de la época de Manzano, con una serie de despejes patéticos sin fuerza ni sentido, con rebotes circenses que acaban con el balón en los pies de Leo Baptistao que la “enchufa”. El año pasado, cuando nuestra defensa era todo nervios, Simeone les enseño a que un patadón bien dado y mandar la pelota a 50 metros de nuestra área, no es malo, al revés, es lo que hay que hacer para evitar goles como el de ayer. Sinceramente no sé que pasó.
Yo me fui a casa contento porque esos 10 minutos finales no me van a quitar las buenísimas sensaciones que me provocaron los nuestros durante los primeros 80 minutos, porque estamos metiendo muchos goles y porque seguimos luchando en los puestos de cabeza. El inicio liguero es muy bueno e ilusionante y si lo que pasó ayer nos sirve para aprender y evitar que vuelva a pasar, bienvenido sea.
Este jueves vuelve la UEFA Europa League y comenzar ganando sería fundamental.
Vamos Atleti.