Las cosas no son lo que parecen

Por Jordanvid

Ojeo mi facebook a diario, fotos y frases llenas de optimismo bañan mi muro, pero todo parece ajeno a la realidad de nuestras vidas que están impregnadas, a veces, de fatalidad. Esto me hace reflexionar y escribir este post.

“Las cosas no son lo que parecen”

No significa que nada bueno suceda en nuestros Caminos de Vida, sino que tendemos a cuidar nuestras apariencias, nos esforzamos en que los demás no vean nuestras carencias y cómo por arte de magia eliminamos de un plumazo penurias y desgracias, para que los demás pasen por alto nuestras imperfecciones.

Por lo general nos da vergüenza mostrarnos tal y cómo somos y sin ser conscientes de lo que hay detrás de cada situación fivrolizamos y criticamos sin fundamentos lo que le ocurre a los demás, es gratis, es fácil y es el deporte nacional.

Hay cosas que lo son todo, menos lo que más aparentan ser.

El abanico de la perspectiva de cada cuál es infinito y cada individuo tiene su propia verdad, dicho esto, la verdad no existe, sólo mi verdad…

Hay una realidad uniforme para todos, pero solemos verla de acuerdo con nuestro propio prisma, nuestras ideas, nuestras creencias. Incluso  lo que deseamos que suceda. Esto provoca que tergiversemos lo que realmente es, nos dejamos llevar por las apariencias.

Las falsas apariencias en las relaciones humanas se deben al deseo de ser algo más de lo que somos, al deseo de agradar o directamente a la necesidad de esconder o engañar, va en nuestros genes es innato en nuestra condición humana.

La precipitación, las prisas, el ritmo de vida que llevamos nos arrastra a la crítica fácil y superficial, así que, terminamos por distorsionar la verdad sin ser conscientes a veces del daño irreparable que esto conlleva. No perdemos el tiempo en analizar, nos quedamos con lo que nos interesa y sazonamos la historia con cosas de nuestra propia cosecha para terminar de enredar un poco mas.

Creemos que nos conocemos, que estamos enterados de todo y esto no nos da derecho a una opinión desmedida de nuestro entorno.

Ingenuos por desconocimiento, no vemos la realidad “nada es lo que parece”. Hurgar hasta llegar a la verdad nos da pereza, incluso miedo. Nuestra zona de confort, tapia nuestra  inteligencia más básica y nos inmoviliza, sujetándonos firmemente a este terraplén del conformismo e inmovilismo social.

Me cabrea la crítica fácil y superficial, carente de argumento de lógica o motivo, es ruin es sucia en sí misma, aburre y me provoca vergüenza ajena, más aún si es un amigo o familiar quien la utiliza.

Obviamente las cosas no son lo que parecen, y si lo son, merecen un respeto una comprensión una mirada abierta y una reflexión profunda objetiva para solo así  acercarse un poco a cada uno.