Hay cosas que jamás contarás a nadie. Y sabes que te harán daño por no hacerlo. Dejar salir los sentimientos es bueno, dicen, pero uno siempre ha de tener sentimientos secretos. Expresarlos es bueno, dicen, pero uno debe procurar que algunos de esos sentimientos nunca salgan a la luz. Un psicólogo probablemente les diga lo contrario. No me sean ingenuos, la verdad no siempre es beneficiosa, y menos, cuando atañe a más de una persona. A veces la verdad, que ya de por sí puede ser negativa para uno mismo, es desastrosa para otros. En realidad somos mentirosos por naturaleza. Desde pequeño aprendemos a mentir, porque nuestros genes aprendieron que para estar en nuestra sociedad, la mentira vale como un as en la manga. Sólo hay que esperar la oportunidad de poder ponerlo en juego. Eso es trampa, dirán, pero uno no sobrevive en la jungla de asfalto sin ases en la manga. En todo caso es triste, mas no trampa. No nos enseñan a respetar al ser humano sino a la jerarquía social. Y ahora van los científicos y lo demuestran; que también estamos hechos para mentir, claro que unos más que otros. A estas alturas no se sientan engañados ni defraudados consigo mismo o con los demás. No podemos cambiar el mundo si no cambiamos nosotros decía alguien, y por mucho que queramos, aunque algunos digan "gay" pensarán en "maricón", o en "puta" por "mujer" porque llevan pantalones y fuman y beben. Etc, pongan los ejemplos que quieran, porque hay muchos más de los uno desearía. Hay cosas que jamás contarás a nadie aunque las pienses. Ni se te ocurra hacer eso.