Mariana Enríquez
9788433998064
Disponible en españolEditorial AnagramaEncuéntralo en Goodreads
Desde que leí Los peligros de fumar en la cama quedé muy encantada con el trabajo de esta autora argentina y, al igual que este trabajo que ya he mencionado, Las cosas que perdimos en el fuego es una colección de doce relatos en los que encontramos los temas recurrentes de Mariana: el horror en lo cotidiano, en la aparente realidad en la que vivimos y en la que existen además casas abandonadas y seres malditos.
En este volumen de historias encontramos una Argentina del pasado y el presente: la de la dictadura, que arrastra fantasmas y muertos escondidos; y una Buenos Aires deprimida, con sus barrios antiguamente prestantes, ahora perdidos y empobrecidos, poblados de ladrones, prostitutas y personas que viven y vagan por las calles. El horror que se esconde en lo que para muchos es simple paisaje de una gran metrópoli.
Hay una mezcla de lo cotidiano con el horror en estas doce historias. Una mujer que vive en un barrio antes prestante, ahora empobrecido y peligroso que se interesa por ayudar a un niño de la calle; una joven socióloga que se interesa por lo que vive en el patio de su vecino; una fiscal que intenta esclarecer el asesinato de dos chicos a manos de dos policías; una joven invisible que de repente empieza a arrancarse las uñas en el salón de clase... muchas mujeres con una situación emocional complicada que logran implicarse con la situación y otras veces desconocer lo anormal que están presenciando.
Hay relatos que terminan en punta, se sienten inconclusos y que dejan mucho a la imaginación. Puede ser frustrante en muchos momentos y creo que esa es la intención. Claro está, hay relatos que me han impresionado mucho más que otros, que considero son mucho más conseguidos y han logrado atraparme y horrorizarme en gran medida: La casa de Adela, me ha parecido un sólido relato de terror de la mano de una niña y una casa abandonada; Bajo el agua negra es mi favorito de toda la antología, por su tensión narrativa y el oscuro misterio que hay bajo el agua sucia y el que cierra el volumen, Las cosas que perdimos en el fuego, es un fuerte y tristemente ingenioso alegato en contra de la violencia contra la mujer.
Si bien considero que la colección de relatos puede ser irregular en ciertos momentos, la escritura de Mariana Enriquez es pulida y amena, con humor y que puede ser bastante gráfica al narrarnos escenas desagradables y la habilidad para atrapar al lector y llevarle a espacios reconocibles con elementos que hielan la sangre es realmente envidiable. Vale mucho la pena seguir explorando el trabajo de Mariana Enríquez y lo que nos traiga en el futuro.