Las creencias religiosas en el Egipto antiguo y su plasmación en el arte (Parte II)

Publicado el 04 junio 2015 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas

Divinidades y símbolos
La religión egipcia se compone de una gran variedad de divinidades, de las cuales se pueden destacar las siguientes:

Ra y Amón

Ra, dios solar de Egipto. Ra es uno de los nombres del sol. Cuando desaparece hacía el oeste es Atum, el anciano encorvado esperando en el más allá por los muertos que se calientan con sus rayos. Por la mañana vuelve a la vida por el este en forma de escarabajo (Khepri). Durante el día ilumina la tierra en forma de halcón (Re).Amón, representado con dos plumas de halcón que adornan su tocado. Los animales que le representan son el ganso y el carnero. Dios del Imperio y patrono de la Monarquía. Dios principal de la ciudad de Tebas. En su origen pudo ser un dios de los vientos, y, como tal, era el protector de los navegantes. Su nombre significa “el oculto”. Acabó fusionándose con el dios Sol, recibiendo el nombre de Amón-Ra.

Path y Nut

Path, se decía que él creó todos los seres con el corazón y la lengua. Se le denominaba también “señor de la verdad” y era fuente de valores morales. El buey Apis era su portavoz. Se representaba en forma humana, cubierto con una envoltura semejante a la de las momias y de la que sólo le sobresalían las dos manos. Dios creador, señor de la cuidad de Menfis. Considerado patrón de los artesanos. En cuanto a Nut, uno de sus títulos era “la grande que da el nacimiento a los dioses”. De acuerdo con un mito el dios Atum había creado el mundo a partir de sus fluidos internos. De esta forma surgieron los primeros dioses: Shu, el aire, y Rfenis, la humedad. Estos dioses procrearon a Gueb, la tierra, y Nut, el cielo. Nut también aparece en el panteón egipcio como la diosa creadora del universo físico y como la reguladora de los movimientos de los astros. Se la representa como bóveda celeste en forma de una mujer inclinada sobre la Tierra apoyándose en ella con los pies y las manos. Se creía que por la noche engullía al Sol y lo hacía renacer cada mañana.

Anubis y Osiris

Anubis, dios que presidía las momificaciones y guardián habitual de las necrópolis. Se representaba como un chacal negro o como un hombre con cabeza de chacal o de perro. Guiaba el alma del difunto en el más allá.
Dios nacido de la unión ilegítima de Nephtis, mujer de Seth, con Osiris. Fue un dios funerario protector de las necrópolis y patrón de la ultratumba, en donde tenía como tareas: la custodia del palacio de Osiris y presidir, junto a Thoth, el pesaje del corazón del difunto. Cuando el pérfido Seth desmembró el cadáver de Osiris, Anubis veló para que Isis lo recompusiese y se embalsamase. En el proceso de momificación los cuatro hijos de Horus ayudaron al dios. Desde entonces Anubis también vela sobre los ritos de embalsamamiento. Señor del mundo subterráneo que contiene las semillas de la vida. Protector de los difuntos. Dios muerto y dios de los muertos.De la unión de Gueb, la tierra, y Nut, el cielo, nacieron cuatro dioses: Osiris, Isis, Set y Neftis. Osiris e Isis ya se amaban en el vientre de su madre. Osiris tenía derecho a heredar el reinado de su padre sobre la tierra. Pero Set, celoso, ideó un plan para acabar con Osiris. Con 72 conspiradores más, construyó una caja de la medida exacta de Osiris. Set invitó a Osiris a un banquete y prometió regalar la caja a aquel que cupiera exactamente en ella. Una vez que Osiris se metió dentro, taparon la caja y la echaron al río, que la llevó hasta la costa de Fenicia. Allí se incrustó en una planta hasta formar parte del tallo. Isis desconsolada parte en busca de su esposa hasta Fenicia. Después de largas aventuras consigue regresar a Egipto con la caja, que escondió entre matorrales de papiro. Pero Set la descubrió y corto el cuerpo de Osiris, en catorce pedazos, que esparció por Egipto. Isis ayudada por su hermana Neftis encuentra todos los trozos excepto el falo. Gracias a sus poderes mágicos y a la ayuda de Anubis, lo embalsamó, haciendo de Osiris la primera momia de Egipto. Convertida en pájaro, consiguió que Osiris la fecundara y de esta unión nació Horus. Este dios también forma parte del panteón egipcio. Se le representa con el cetro del rey, el látigo del juez, corona blanca con plumas y cuernos y el bastón de la larga vida. Gobierna el mundo de los muertos a quienes puede otorgar la vida eterna a su lado.

Isis y Neftis

Isis, fue, sin duda la más popular de las diosas egipcias. Diosa que personifica el trono. Era llamada “madre de los dioses”. Fue, sin duda la más popular de las diosas egipcias. En el ciclo de Osiris, Isis tiene el papel de esposa del dios, y es madre de Horus. Modelo para esposas y madres. Ella fue quien reconstruyó con extraños procedimientos el cadáver de su esposo Osiris, y procreó, con él a Horus. Protegió a su hijo Horus con uñas y dientes de las agresiones de su tío Set. Era el símbolo de la semilla, crecimiento y seguridad de la vida. Cuando Osiris se solarizó, Isis pasó a ser madre y esposa del Sol. Como madre de las estrellas simbolizó el cielo de la noche. Por ello fue asimilada a la diosa Hathor, representándose con forma humana y con el disco solar entre los cuernos sobre su cabeza. La representación más habitual de Isis era como una mujer con un trono en la cabeza. Neftis, hija de Gueb y Nut, esposa de Set. Ayudó a Isis a localizar el cadáver de Osiris y a recomponerlo. Era la amante de Osiris; de la relación de ellos nació Anubis. Neftis era la “Dama de la Casa”; sobre la cabeza llevaba el signo de la casa-tumba que expresa su nombre. Se le atribuían poderes mágicos. Se creía que habitaba en las tierras hostiles, como los desiertos, donde guiaba a los viajeros. Se le asoció al culto funerario y formó parte del culto del dios Min. Las vendas que envolvían el cuerpo del difunto representaban los mechones de su cabello. Protege también al Sol naciente de la malvada serpiente Apofis.

Horus y Seth

Horus, hijo de Osiris e Isis. Tuvo una niñez difícil, su madre debe esconderle de Seth que ansía el trono de su padre. Después de vencer y matar a Seth, y a las fuerzas del desorden, toma posesión del trono de los vivos: el faraón es su manifestación en la tierra. Representado como un hombre como cabeza de halcón o como halcón llevando puesta sobres su cabeza la doble corona del rey del alto y bajo Egipto. Como dios del cielo. Horus es el halcón cuyos ojos son la luna y el sol. Seth, dios que personificó la tierra desértica, la sequía. Simboliza las fuerzas destructoras, su voz era el trueno. Como no fue totalmente vencido por Horus, amenazaba periódicamente el orden cósmico. Era el asesino de Osiris. Representado como un extraño galgo con orejas largas cortadas, un hocico hacia arriba y un rabo bífido largo. Hijo de Geb y Nut.

Thot y Thoeris

Thot, representaba las matemáticas, la astronomía y las ciencias en general. Era por ello símbolo de sabiduría y señor de los discursos convincentes, de la astucia y de la magia. Era el dios de la escritura, de las bibliotecas, de la lengua y el señor de las palabras divinas. Thot era abogado y dios de las leyes; estuvo muy ligado a la diosa Maat como representante de la verdad y la justicia. Thot se servía de la astucia y la magia en los casos difíciles. Ocupaba una posición importante en el tribunal divino. Tenía dos formas de representación animal: el babuino y el ibis. Thoeris, diosa cuyo nombre significa “la grande”, estaba muy vinculada al nacimiento. Se representaba como hipopótamo hembra, con cola de cocodrilo, patas de león y grandes pechos. Es diosa protectora de las embarazadas y su figura aparece en las camas y en los vasos para poner leche.

Ammit y Apofis

Ammit, dios que devora después del juicio al culpable en el más allá, es un dios monstruo híbrido, con rasgos de león, de hipopótamo y de cocodrilo. Nombre egipcio del normalmente denominado “devorador”. Era conocido como “el que destruye los malvados” y normalmente suele estar representado de forma sentada. Apofis, era una serpiente gigantesca, indestructible y poderosa, cuya función consistía en interrumpir el recorrido nocturno de la barca solar pilotada por Ra, para evitar que consiguiera alcanzar el nuevo día. Para ello empleaba varios métodos: atacaba la barca directamente o culebreaba para provocar bancos de arena donde el navío encallara. Todo ello tenía sólo una finalidad: romper la Maat, el «orden cósmico». Apofis representaba el mal, con el que había que luchar para contenerlo; sin embargo, nunca sería aniquilada, sólo era dañada o sometida, ya que de otro modo el ciclo solar no podría llevarse a cabo diariamente y el mundo perecería. Para los antiguos egipcios era necesario que existiese el concepto del mal para que el bien fuera posible. Los egipcios creían que, cuando el cielo se teñía de rojo, era a causa de las heridas provocadas a Apofis. También, interpretaron que los eclipses eran obra suya.

Sobek y Hathor

Sobek, dios-cocodrilo. Es hijo de Neit. Se le creía emergido de las aguas del caos en la creación del mundo. Era “señor de las aguas”, temible por su voracidad. Eliminaba los enemigos que habitaban en los medios acuáticos. Es representado como un cocodrilo o como un hombre con cabeza de cocodrilo. Hathor es junto con Isis la diosa más venerada. Hathor era una diosa celeste. Es madre, esposa y compañera al mismo tiempo. Se le representa como mujer o como vaca, con el disco solar entre los cuernos. Era frecuente la representación de la columna hathórica, en cuyo capitel se muestra una cabeza humana frontal con las orejas de vaca. Diosa de la alegría, las fiestas, la embriaguez, la danza y el amor.

Bastet y Pilar Djed

Bastet, era una diosa se representaba como una mujer con cabeza de gato o como un gato. Representa la personificación de los rayos calientes del Sol y ejercía sus poderes benéficos. Encarnaba los aspectos pacíficos de diosas peligrosas como Sacmis, que expresaba las cualidades maléficas del Sol. Como ojo de Atum, estaba asociada a la luna y protegía los nacimientos y a las embarazadas de las enfermedades y los malos espíritus. El Pilar Djed es un amuleto que asegura a su poseedor, longevidad, protección y estabilidad. Por analogía con la espina dorsal de Osiris, refuerza la columna vertebral. Simboliza el árbol en que Isis escondió el cuerpo de su esposo, para protejerlo de los celos de Seth. El amuleto del pilar Djed era uno de los más comunes que se colocaban en la momia. Se colocaban varios alrededor del torso, en la parte superior del pecho o alrededor del cuello. El pilar Djed simbolizaba la estabilidad y la resistencia. Aunque su forma fuera originalmente la de un árbol cuyas ramas habían sido cortadas, posteriormente llegó a ser el elemento principal del dios Osiris. El oro se consideraba la materia adecuada para este amuleto, ya que no se deslustra y por lo tanto aguanta para toda la eternidad. Pero como el oro era costoso, se usó fayenza amarilla a veces en su lugar. La fayenza azul, el lapislázuli y la pasta vítrea azul también se usaron, ya que el color azul se asociaba en Egipto con la regeneración. Un significado parecido tenía el color rojizo de la cornalina. El pilar Djed era el símbolo egipcio representado por una columna con base y capital. En la parte superior de la columna el capital estaba dividido en cuatro barras paralelas. Era el símbolo del dios Osiris y representaba su columna vertebral. El vocablo Djed significaba ascensión de la vida y como jeroglífico se refiere a la estabilidad. Cada nuevo faraón mandaba erigir una columna Djed a gran escala para conferir una estabilidad a su reinado, conforme al modelo divino. El mismo la enderezaba cuando la columna estaba tumbada en el suelo. De este modo recreaba la columna vertebral de su reino. Este acto también representaba la resurrección de Osiris en el nuevo gobernante y su subsiguiente triunfo sobre Seth. Debido a su vínculo con Osiris se convirtió en uno de los amuletos fúnebres más populares. El Djed era frecuentemente pintado en la parte trasera de los sarcófagos, donde los huesos del muerto descansarían. También era utilizado como amuleto de estabilidad y regeneración.

Ojo Udjat y Sema

El ojo egipcio más popular, es el denominado Udyat u Ojo de Horus, cuyo significado es: el que está completo. La asociación entre el Ojo Udyat y el dios Horus se percibe a través de una de las leyendas más importantes que se recogieron en el Valle del Nilo, donde se narran las batallas que personificó en contra de su tío Seth. En ellas, los contendientes sufren diversas heridas, entre ellas, la mutilación del ojo izquierdo de Horus. Gracias a la intervención del dios Thot el ojo de Horus pudo ser sanado y sustituido por el Udyat, para que el dios recuperara la visión. Este ojo estaba dotado de unas cualidades magníficas. Por otro lado, otras leyendas cuentan que los dos ojos de Ra estaban vinculados uno a la luna (el Udyat) y el otro al Sol y en el terreno mitológico se explicó del modo siguiente: las fases lunares respondían a los periodos de curación del Ojo de Horus, manifestándose en la Luna Llena el momento en que éste había sanado por completo y en la Luna Nueva cuando había sufrido el daño. Por ello, éste momento se consideró peligroso, ya que fue el instante en que Horus había perdido la visión y causa por la cual el astro no podía manifestarse en el firmamento nocturno. Es decir que, mediante el Udyat, se aseguraba y garantizaba el buen funcionamiento del cosmos, entendido como el buen discurrir del circuito diurno del Sol y las fases cíclicas de la Luna. Todos estos acontecimientos y sobre todo la mágica sustitución del milagroso Ojo de Horus, determinaron su uso para la protección y curación de enfermedades relacionadas con los ojos. Sobre los relieves egipcios es frecuente encontrar la ofrenda del Ojo a los dioses, es más, era la ofrenda por excelencia, un distintivo de orden que podía ponerse en paralelo con la ofrenda de Maat. El propio Horus (o el rey como encarnación terrestre del dios) era el encargado de presentarlo ante la boca de su padre Osiris para lograr su “cura”, es decir, para obtener su resurrección, logrando el buen funcionamiento del mundo divino y terrestre. En definitiva, el Udyat fue un elemento de protección muy poderoso y como tal su número en la iconografía egipcia es más que significativo. En cuanto al sema-taui, su interpretación de lo que representa se nos escapa aunque algunos autores piensan que puede ser la estilización de los pulmones y la tráquea de un animal. Como amuleto tenía una significación relacionada con la unión, la unificación. Cuando se colocaba sobre un cuerpo difunto en forma de amuleto, simbolizaba la garantía de que su cadáver estaba unificado, que permanecería unido eternamente, una garantía esencial para poder disfrutar de una vida eterna. También este símbolo aparece en Sema-taui, es decir en la ¿unión de las dos tierras? (el Bajo y el Alto Egipto). En este grupo encontramos el Sema en la parte central, en el lugar donde se atan las plantas simbólicas del Norte y el Sur, representadas por el papiro y el loto. Las plantas están atadas por dos genios que personifican ambas partes geográficas de Egipto, aunque también pueden ser sujetadas por los dioses Horus y Seth, como representantes de ambos puntos cardinales. Algunos autores piensan que la adscripción del loto como emblema del Alto Egipto es equívoca y que sería más correcto considerarlo emblema del punto cardinal Este y del área de Heliópolis, siendo el papiro el representante del área menfita y del Oeste. Igual ocurriría con los dioses Set y Horus relacionados con dichas zonas. De este modo Horus debería identificarse con el Oeste y Set con el Este. Así el Sema-taui sería la unificación de las dos riberas del Nilo y no de la tradicional división del Sur y de Norte. Sin embargo esta última interpretación ha de ser tomada con precaución hasta que nuevas investigaciones confirmen tal hipótesis.

Ba, Ka y Anj

El ba y el ka, son dos elementos espirituales que tiene el ser humano. El ba tiene un aspecto más definido y puede ser concebido como el alma, tenía la apariencia de un pájaro con cabeza humana y a menudo era representado junto a la momia en actitud de insuflarle el alimento vital. El ba podía salir del sepulcro para salir volando y visitar los lugares que quería el muerto, por consiguiente podía existir de forma independiente al cuerpo y actual materialmente en nombre de quien representaba. El ba necesitaba ser periódicamente reintegrado por ello se le representa en las pinturas sepulcrales y en los papiros funerarios en actitud de alimentarse de sobre el árbol sagrado, símbolo femenino de la fuerza universal, y en la de beber y apagar su sed en la fuente sagrada. El ka es una de las nociones más abstractas de definir de todas de cuantas nos han llegado del Antiguo Egipto y esto se debe a que ninguna de nuestras ideas ni de nuestras experiencias sobre la existencia terrenal y la de ultratumba ni siquiera se acerca al concepto del ka. Algunos han visto el reflejo inmaterial del cuerpo, otros una especie de doble, otros una especie de protector que nace con el Ser Humano, pero que cuida de él solamente después de la muerte; otros, una especie de “doble”; otros más, una suerte de protector que nace con el hombre, pero cuida de él solamente después de la muerte; otros aún, sostienen que el Ka es una expresión abstracta que expresa el conjunto de las fuerzas sobrenaturales que los egipcios atribuían a los seres divinos o divinizados. El Anj simbolizaba la fuerza vital, el aire (el aliento) y el agua (la fuente de vida) así como la vida eterna y la fuerza vital para los difuntos. Se acostumbraba a poner un Anj entre las vendas de los difuntos. Suele ser llevado los dioses, que lo sujetan de la parte superior (cerca de la boca) y podría ser necesario para la existencia de ellos y de todos los seres vivos. La parte superior del amuleto es asociado a la energía femenina y a la diosa madre Isis. La parte inferior se asocia con la energía masculina y al dios Osiris.

Simón de Eiré