"Tras la muerte de Vlad Tepes, el legendario monarca transilvano que sirvió de inspiración a Bram Stoker para crear al Conde Drácula, su espíritu se encarna en distintos cuerpos que siempre tienen algo en común: estas nuevas versiones del temible Tepes son personajes amantes de la violencia y la crueldad, y el destino los ha llevado a vivir en momentos clave de la historia de la humanidad, como la colonización del Nuevo Mundo, las guerras napoleónicas o la Inglaterra victoriana, contemporánea a los crímenes de Jack el Destripador".
Que el mito de Drácula es atractivo, resulta indudable y por eso se han escrito muchos libros, se han adaptado diversos cómics y se han filmado numerosas películas y series. Si uno piensa en Drácula, le vienen un puñado de nombres a la cabeza; por supuesto, el primero es el de Vlad Tepes, príncipe de Valaquia en el siglo XV y que va íntimamente ligado al de Bram Stoker, ya que se inspiró en su figura para escribir su famosa novela "Drácula" en 1897, pero también lo relacionamos a nombres de actores míticos como Béla Lugosi o Christopher Lee (un grande!) y, finalmente, al de Francis Ford Coppola por su excelente película "Drácula de Bram Stoker", rodada en 1992. Evidentemente, cada generación tendrá sus referentes, pero para los que ya hemos pasado de los 40, probablemente esos sean los nombres que más asociamos al mito del vampiro.
¿Y por qué contar con hasta cinco dibujantes? pues porque Nury ha decidido acompañar a Vlad Tepes, aprovechando su naturaleza eterna, por distintos períodos de la historia y adjudicando cada época a un dibujante, realzando así el trato diferencial que pretende para cada una de ellas. El resultado en el apartado gráfico es espectacular, aunque en ocasiones tenga algún altibajo. En ese sentido, mucho tienen que ver las preferencias de cada uno y yo, por ejemplo, he disfrutado mucho con Luffray (encargado de la historia que abre el cómic en Transilvania) y con Zhang Xiaoyu (encargado del período de las guerras napoleónicas), pero no me ha entusiasmado la parte del relato ambientada en el Nuevo Mundo ejecutada por Mario Alberti y que me ha parecido algo desigual. Con nuestro Tirso y su Inglaterra de la época victoriana también he tenido un ligero sabor agridulce. De todos modos y en su conjunto, visualmente es una obra poderosa y con un acertadísimo uso de la paleta de colores para dotar de una ambientación precisa a los diferentes hilos argumentales.
Finalmente, dos curiosidades. La primera es que el nombre de Legión no es invención de Nury, sino que aparece en el Nuevo Testamento de la Biblia, citado en un par de evangelios. Jesús está en la región de Gadara (Jordania) para sanar a un hombre poseído por demonios y cuando le pregunta cuál es su nombre, el hombre le responde: "Mi nombre es Legión, porque somos muchos". La segunda curiosidad no os la desvelo, solamente os diré que hay un cameo que supone un claro guiño/homenaje de Nury a la historia del personaje de Drácula.
En definitiva, Fabien Nury presenta un trabajo notable que, en mi opinión, podría haber sido excelente, pero que también se disfruta y se lee con interés, apoyado en un extraordinario apartado gráfico. "Las crónicas de Legión" es otro acercamiento al mito de Drácula, siempre atractivo, que gracias - una vez más - a Yermo Ediciones podemos adquirir en formato integral y con una presentación muy cuidada.
VALORACIÓN: 7'5/10