Pasar por la muy Antiquísima, Muy Lea , Fiel y Fidelísima Calanda fue una pura casualidad, digamos que de paso hacia Morella, diseñé una ruta desde Alcañiz hasta el Desierto de Calanda, un antiguo cenobio perdido en la sierra del Maestrazgo.
Ni me acordaba que esta fue la tierra de Buñuel,
En medio de la ruta diseñada para ir en BTT estaba Calanda, enclave conocido por sus tamborradas de Semana Santa , pero ni yo buscaba tal cosa, ni me la encontré pues estoy hablando del mes Julio y lo que sí, me salió al paso fue su cementerio, al que me acerqué en medio de una calorina de espanto, pues el mes de julio a esos de las 12 del mediodía ya estábamos a unos 40º, con lo cual lo mejor fue buscar por unos momentos la fresca sombra de los cipreses de la Quintana de los Muertos de Calanda.
Y ese hallazgo me dí de bruces con un recoleto cementerio, muy bien cuidado, en donde hallé ciertas curiosidades y entre ellas y que hoy traigo hasta aquí es la gran colección de desperdigadas cruces de hierro colado de muy diferente factura y época .
Las cruces de hierro de fundición o colado, son una de las colecciones de elementos funerarios más olvidados, apenas si contamos con trabajos de investigación sobre su fabricación, formas, materiales, etc.. tanto es así que a dia de hoy es casi imposible encontrar un catalogo de cruces de hierro, que debió existir en su momento, así como alguna fabrica que las fundió y expandió al igual que los diferentes modelos, pero para mi todo este tema es una incógnita.
En todo caso recojo su existencia, para ir confeccionando al menos un trabajo de recopilación de modelos, que por ejemplo en Calanda, se ve que eran muy diversos y que se complementaban con otros elementos como las placas de metalográfica con las inscripciones de los nombre de los fallecidos, o sus fotografías.
Es un elemento en general de principios del siglo XX aunque existen modelos bastante antiguos, eso sí en general están anexionadas a enterramientos por lo general humildes, o eso parece.