Llegados a este punto, decidimos explorar el contorno de los cuatro sinfines: el Corte, el Mur, el Veste y el Farwest. Lo cierto es que “teníamos muchas ganas de volver a la normalidad”, pero nos embargaba el ánimo la ligera sospecha de que el centro inmantado del planeta, una vez removida la piedra, se había desviado de su eje y las brújulas tenían despeluchadas todas las escóbulas. Así que con esos mimbres nos dispusimos a encarar lo porvenir.
(LUN, 773)