Las diferencias entre freelance y autónomo

Por Celia Espada García @ElPerrodePapel

Es una de las preguntas que más me habéis hecho desde que me he lanzado de cabeza a mi nuevo proyecto: ¿Qué diferencia hay entre ser freelance y ser autónomo?
A muchos os he respondido, tanto en la entrada donde lo anunciaba, como a los correos y privados que me habéis enviado. Y lo he hecho encantada, que conste, pero creo que es mucho más sencillo hacerlo de manera pública ¿no? Así no tengo que repetir lo mismo infinidad de veces y queda mucho más claro.
En esta entrada de mi blog sobre maternidad y mi autoempleo te comentaba ya mi decisión tras hablar del tema con mis gestores. Se ha retrasado un poco debido al cambio de epígrafe y el apoderamiento para que mis gestores puedan representarme ante la Seguridad Social ¡pero ya está hecho!
Ser Mamá Freelance: La Gran Decisión
Pero puedes leer el paso a paso de mi cambio de freelance a autónoma con la ayuda de mis estupendos gestores en la siguiente entrada:
Como ser autónoma y no morir en el intento
Creo que ahí explico todo detalladamente. Además, siempre puedes contactar con mis gestores, que aunque no los contrates te resolverán encantados tus primeras dudas sobre el tema. Y ya que te he puesto al día sobre todo el tema voy a compartir contigo las diferencias básicas entre ser freelance y autónomo ¿de acuerdo?
TEMPORALIDAD / HABITUALIDAD

Mientras que un trabajador freelance es un profesional que trabaja y factura por proyectos, un autónomo tiene un trabajo más estable (habitualidad) y está siempre dado de alta mientras dure su actividad económica.
Cuando era freelance acumulaba facturas y me daba de alta y baja en Hacienda por periodos. Por ejemplo, cuando me llegaban varios encargos en un mes, esperaba a la última semana para darme de alta en Hacienda, emitir todas las facturas y enviarlas a mis clientes. Es completamente legal, así que no te preocupes que tú también puedes hacerlo si tu actividad profesional encaja en esta opción.
ALTAS Y BAJAS EN HACIENDA Y SEGURIDAD SOCIAL

Si eres un profesional freelance (siempre que el epígrafe que corresponda a tu actividad te permita serlo), solo tienes que darte de alta en Hacienda y cobrar el IVA (21% en mi caso). En mi epígrafe no era necesario añadir IRPF. En el nuevo tampoco. No pagas cuotas, es gratis. El tema del IRPF depende del epígrafe, así que mejor consultar con un gestor o alguien que entienda del tema.
Si eres autónoma tienes que darte de alta en Hacienda y posteriormente en la Seguridad Social (dentro del plazo establecido). Tienes que pagar la cuota de autónomos aunque en mi caso he podido acogerme a la cuota reducida (53€). Es temporal, pero para empezar es genial.
Es importante tener en cuenta que si has empezado como profesional freelance y quieres darte de alta como autónomo bajo el mismo epígrafe, se te cobrarán las cuotas atrasadas desde tu primera alta en Hacienda... por lo que es recomendable cambiar de epígrafe. Hay muchos similares, así que con unos gestores tan chulos como los míos no es problema.
INGRESOS

Tal vez este sea el punto más conocido. Y el que yo menos he tenido en cuenta. Tal vez porque por lo que he investigado es mucho más importante la habitualidad y estabilidad que los ingresos que genere tu actividad.
Si tu fuente de ingresos principal es un trabajo por cuenta ajena es evidente que tu actividad profesional como freelance no es tu trabajo habitual.
Pero si como freelance facturas 6000 euros mensuales (que no beneficios, me refiero a ingresos netos) tu actividad no puede (o no debe) etiquetarse como no habitual... Por eso, lo más recomendable es revisar el SMI (Salario Mínimo Interprofesional) y ves que ya llevas varios meses que te pasas de lo que marque... ir pensando en dar el salto.
Puedes consultar el SMI para el 2015 AQUÍ y empezar a echar cuentas.
TU ACTIVIDAD ECONÓMICA 

Ya he comentado antes que no todos los epígrafes ni actividades económicas admiten trabajar como freelance. Pero para esos temas te aconsejo que acudas a un profesional ya que solo he vivido mi experiencia y aparte de lo que ya he compartido contigo poco más puedo decirte de primera mano.
Y estos son los cuatro puntos fundamentales que me llevaron a dar el salto de un trabajo esporádico a mi actual trabajo habitual... tan incompatible con mi aburrido trabajo de administrativa como con mi nueva faceta de madre. Así que me da que los cambios seguirán durante este verano ¡ya te iré contanto!
Otros enlaces de interés que te aconsejo leer antes de tomar una decisión precipitada:

Y tú ¿en qué situación te encuentras?¿Estás reuniendo fuerzas para saltar o ya lo has hecho?



¡EMPEZAMOS EN JULIO!

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