La ópera prima de Elena Trapé nos cuenta la historia de cuatro amigos, Olivia (Alexandra Jiménez), Eloy (Bruno Sevilla), Guille (Isak Férriz) y Anne (María Ribera), que aterrizan en Berlín para darle una sorpresa a Comas (Miki Esparbé) por su 35 cumpleaños. Un viaje de fin de semana a la capital alemana que no es más que la excusa oficial para hablar de otros muchos temas actuales como: las motivaciones que esconden cada uno de ellos ahora que sus vidas han cambiado, el reflejo de una generación que está desencantada y ha encontrado la desilusión demasiado pronto o los sueños rotos de unos amigos que hace mucho tiempo que no se ven y por los que el tiempo no ha pasado en balde. Una excusa para poner cara a un drama generacional en una ciudad tan fría, oscura, distante e impersonal como los propios protagonistas.
Protagonistas que funcionan como un reloj y con los que nos sentimos identificados en muchos momentos de la trama. Pero al igual que el jurado del festival al entregarle la Biznaga de Plata a la Mejor Actriz a Alexandra Jiménez, no podemos más que destacar su interpretación de Olivia, una mujer embarazada de siete meses que, sin duda alguna, es la pieza central de este curioso engranaje. Un personaje muy bien construido, con sus silencios, sus miradas y su absoluta soledad en ese piso de Berlín al que también consideramos como otro gran protagonista.
No perdáis detalle a la escena en la que ella intenta quitarse un vestido muy ajustado. Demuestra patetismo a la par que ternura cuando se da cuenta de que las cosas no salen como ella quisiera y de que le gustaría parar el tiempo para volver a ser la que era. Con sus equivocados impulsos es el personaje con el que más empatizamos.
El otro gran protagonista, Miki Esparbé, es el "anfitrión" de la casa y su personaje es el más real y honesto desde el principio, momento en el que no sabe cómo gestionar ni la llegada de sus amigos..... ni su propia vida.... viviendo una confusión permanente a la que prefiere no plantarle cara.
Está claro que nos encontramos ante una directora con personalidad, que sabe encajar con precisión las piezas del puzzle y que seguro dará mucho de que hablar. El jurado del festival ha querido reconocer también su labor otorgándole la Biznaga de Plata a la Mejor Dirección.
Y como colofón a estos dos premios anteriores y reconocimiento a un proyecto de muy buena factura, bien rodada donde la cámara fluye sin dificultad y que desprende autenticidad por todos sus poros (cosa que agradecemos mucho), el festival ha querido otorgarle el mayor premio posible, la Biznaga de Oro a la Mejor Película Española.
Puede parecer que tiene un ritmo pausado pero consigue una evolución dinámica y la escena final, veréis que puede resumir perfectamente todos los mensajes que la película quiere transmitir. La única pega es que tendremos que esperar hasta septiembre para poder volver a disfrutar de ella en las salas de nuestros cines.
José Antonio Díaz
@jose_a_diaz_do
Festival de Málaga