Las dos caras del coaching (y II)

Por Mbbp

Sigue…

Una vez empezó la primera mesa redonda (sobre el Life Coaching) del citado Congreso, me dispuse a escuchar a los participantes y, a la vez, intentar acallar mis propias opiniones al respecto. Pero, en una de las intervenciones sobre la manera de ayudar a los demás, una de las componentes de la mesa redonda citó en sus palabras la palabra “alma”, lo que provocó algún respingo en los otros contertulios. En ese mismo momento, mi Alma se disparó y lancé varias preguntas al vuelo adentrándome en esa cuestión y otras referentes a posibles dudas que podían tener las personas a la hora de elegir a un Coach o a su manera de proceder. Creí que eran cuestiones importantes para dialogar, aunque no estuvieran previstas en el guión de la mesa redonda! Siempre he pensado que los sectores profesionales de cualquier ámbito son demasiado endogámicos y muchas veces se concentran en su propio discurso repleto de terminología un tanto oscurantista -creyéndose que eso les otorga profesionalidad, rigurosidad y presunta especialización- que, según veo, suelen confundir a las personas profanas en la materia, en este caso a los asistentes del congreso que supuestamente eran personas de la calle…

Y eso o algo parecido sucedió en la siguiente mesa redonda que moderé en el mismo congreso, en este caso sobre Coaching Corporativo para las empresas, en el que creo que pocas empresas tienen el real propósito de cambiar y hacer mejor las cosas, en vez de solo aparentar. Ahora entiendo que, cuando uno tiene un criterio definido, tiene experiencia personal y profesional suficientes y, sobre todo, tiene el firme propósito de ayudar realmente a los demás, es difícil mantenerse aséptico ante algo que le atañe personalmente y que, además, de alguna manera u otra, afecta a su propia manera de vivir! Tal vez debería haber sentado las bases de mi participación y mi opinión, desde un buen principio, antes de aceptar mi función de moderador…

Tal vez debía haber afirmado que no creo que cualquier persona que se forme solo académicamente para asesorar a los demás en su vida, tiene necesariamente el don -¿innato?- de hacerlo y que quizás nunca lo logrará; ni comenté que para mí es imposible ayudar a los demás sin haberme aplicado yo mismo la lección y que eso es lo que me otorga credibilidad y eficacia ante quien pretendo ayudar porque requiere de mis servicios; ni mencioné que creo que cada persona tiene su propio camino y que alguien desde fuera solo puede acompañarle, sin pretender darle pistas sobre cómo será ni cómo andar; ni que creo que es la propia persona o empresa la que debe huir de la adicción de tener un guía o maestro que le ayude a caminar y a acertar en sus decisiones, sin entender que cada uno debe caminar sin ayuda y que incluso las equivocaciones son necesarias para aprender a caminar; ni que creo firmemente que es necesario conectar con el Alma propia y ajena para vivir y, sobre todo, para ayudar a vivir…

Pienso ahora que el Coaching como sector profesional empieza a ser para mí una liga en la que quizás no quiero jugar! Que, más que una profesión es una misión personal de algunos que, como yo mismo, tenemos el don y la habilidad de saber, poder y querer ayudar, de verdad, entendiendo que “no hay respuesta válida si no hay pregunta previa“, que nadie despierta en su vida si no siente la necesidad interna de despertar! Igual alguien piensa que en mis palabras o en mis actos hay vanidad o envidia, pero siento que no es así, lo que hay es respeto, comprensión y el propósito firme y conmigo mismo y con los demás de ayudar solo mostrando lo que pienso, siento y vivo ya cada día… y que tal vez sirva de modelo, pero no de guía, sanador o terapeuta que solo se dedica profesional, epidérmica y lucrativamente a ayudar…

Supongo que, como siempre, esa es una dualidad que debo superar y conciliar, pues en la vida no hay buenos o malos, sino diferente sentido en lo que pensamos, sentimos y hacemos cada uno en nuestra vida o en nuestra profesión… y cada uno es libre y tiene el talento para escojer qué le hace sentir mejor en la honesta, humana y eficiente ayuda a sí mismo, mientras lo hace a quienes desea también ayudar! Cuando el propósito es cambiar uno mismo y cambiar así este mundo, uno debe estar siempre dispuesto a cuestionarse para luego, en lo posible, crecer y mejorar!

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