Estoy seguro de que a muchos le resultará ya familiar la famosa viñeta del autor de Mortadelo y Filemón en donde, tan popular autor, fue capaz de anticiparse al desastre de las Torres Gemelas. Probablemente Ibáñez no se pudo resistir y al dibujarlas, a buen seguro, pensó que tan altas edificaciones no estarían exentas de algún percance aéreo. Al igual que es muy peculiar que sus dibujos estén adornados en segundos planos de ciertas peculiaridades, un caracol fumando, ratones jugando a las cartas, una araña en un rincón, tampoco a la viñeta que figura más arriba le faltan detalles ciertamente peculiares, como el avión estrellado, un elefante en otra de las torres y un tipo gigantesco con bigote que asoma entre dos edificios. Una noticia me llamó la atención durante uno de los muchos telediarios que pueblan nuestra televisión. La rápida expansión económica de China ha producido ciertas singularidades urbanísticas que forman parte del desarrollo absurdo y precipitado. Durante la construcción de una autopista en 2012, en la provincia de Zhejiang, una pareja de ancianos se negó en redondo al abandono de su vivienda, quizás porque les parecía que el dinero ofrecido por las autoridades era del todo insuficiente, o puede que sólo quisieran tener buenas comunicaciones. El caso es que la obra continuó adelante, sin importarles que quedara susodicha construcción en medio de la misma, convertida en lo que se ha venido a denominar acertadamente como "casas clavo".
Estoy seguro de que a muchos le resultará ya familiar la famosa viñeta del autor de Mortadelo y Filemón en donde, tan popular autor, fue capaz de anticiparse al desastre de las Torres Gemelas. Probablemente Ibáñez no se pudo resistir y al dibujarlas, a buen seguro, pensó que tan altas edificaciones no estarían exentas de algún percance aéreo. Al igual que es muy peculiar que sus dibujos estén adornados en segundos planos de ciertas peculiaridades, un caracol fumando, ratones jugando a las cartas, una araña en un rincón, tampoco a la viñeta que figura más arriba le faltan detalles ciertamente peculiares, como el avión estrellado, un elefante en otra de las torres y un tipo gigantesco con bigote que asoma entre dos edificios. Una noticia me llamó la atención durante uno de los muchos telediarios que pueblan nuestra televisión. La rápida expansión económica de China ha producido ciertas singularidades urbanísticas que forman parte del desarrollo absurdo y precipitado. Durante la construcción de una autopista en 2012, en la provincia de Zhejiang, una pareja de ancianos se negó en redondo al abandono de su vivienda, quizás porque les parecía que el dinero ofrecido por las autoridades era del todo insuficiente, o puede que sólo quisieran tener buenas comunicaciones. El caso es que la obra continuó adelante, sin importarles que quedara susodicha construcción en medio de la misma, convertida en lo que se ha venido a denominar acertadamente como "casas clavo".