Imagen: Andrea Guerra
El camino de los emprendedores está lleno de dudas, de hecho el proceso de emprender supone la resolución de una serie de dudas que van apareciendo y que debemos de resolver para pasar a la fase siguiente y las primeras surgen en el propio origen de la iniciativa emprendedora y son las dudas personales.
El origen de todo proyecto emprendedor no es la idea de negocio sino la iniciativa personal de desarrollar una actividad económica por cuenta propia. El primer planteamiento que ha de hacerse el emprendedor, más allá de ideas, de planes de negocio o de financiaciones, son los aspectos personales de la decisión que acaba de tomar.
Dentro de esos aspectos están los objetivos personales que se pretenden alcanzar; si el proyecto es simplemente una manera de autoempleo, sin más aspiración que vivir de un negocio propio; si lo que pretendemos es crear una organización más compleja, de manera que se cree una estructura que haga el negocio perdurable más allá de nuestra dedicación a él y con el objeto de que otros puedan heredarlo con el tiempo; o, incluso, si nuestra aspiración es crear un modelo de alto crecimiento con el objetivo de desprendernos de él cuando recibamos una buena oferta económica.
Ligadas a este planteamiento, y a los objetivos que nos marquemos, están asociadas otras cuestiones que debemos resolver: ¿qué nivel de sacrificio económico estamos dispuestos a hacer por el nuevo proyecto?, ¿afrontaremos el proyecto solos o acompañados y por quién?, ¿qué tiempo le dedicaremos al nuevo proyecto si tenemos otras actividades y cómo puede repercutir eso en nuestro entorno social o familiar?
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Todas estas dudas han de quedar resueltas cuanto antes porque pueden interferir en el desarrollo de nuestro proyecto. Debemos de pensar que todo lo que viene después son herramientas, elementos de los que nos vamos a valer para alcanzar esos objetivos personales, por lo que si esas dudas iniciales y el fin que pretendemos alcanzar no están claros no podremos utilizar esas herramientas de manera adecuada.
La idea, el plan de negocio, el equipo, las previsiones financieras, la inversión, … todo esto gira en torno a una parte central, lo que el emprendedor se propone conseguir con su proyecto. Dejemos claro, antes de dar el siguiente paso, lo que queremos para poder utilizar los medios idóneos para lograrlo