Y así lo confirma un estudio de IAB/PWC que mostraba el rápido crecimiento tanto de la inversión como de los ingresos publicitarios en el espectro digital. Más concretamente, en el primer período de 2016, se produjo un aumento del 21% en los ingresos con respecto al mismo período de 2015.
Estas cifras son realmente positivas, sin embargo, son muchos los que han criticado el desequilibrado reparto de la tarta publicitaria alegando que solo Google y Facebook se benefician de estos cambios al acaparar el 85% de la inversión.
En cuanto al crecimiento de los ingresos, ambas compañías congregarán el 90% de las previsiones para este año, dejando el 10% para el resto de compañías que compiten por hacerse con los escasos 300 millones de dólares restantes.
Pero a pesar de estos buenos datos económicos, su imagen pública no parece seguir la misma estela pues, el monopolio de las tecnológicas les ha valido la desconfianza de los consumidores, posicionándose como las compañías menos fiables en cuanto al uso de los datos.
Y no resulta extraño teniendo en cuenta que Google, Facebook y Twitter son las únicas entidades third-party que están presentes en más del 10% de los sites.
De esta manera, es para muchos una preocupación este incremento de poder de las grandes compañías digitales que, lejos de beneficiar a los consumidores, generan dudas sobre el correcto tratamiento de la privacidad de los usuarios y la regulación de sus actividades.