- PP y PSOE pierden más de 5 millones de votos y los emergentessuperan los 8 millones
- El desgaste 'popular' y el frenazo de Ciudadanos dejan al centro derecha sin mayoría absoluta
- Rajoy: 'Quiero intentar formar un Gobierno estable'
El Partido Popular ha ganado las elecciones pero precariamente. Ha conseguido 123 escaños, a años luz de los 186 que logró en 2011. En estos cuatro años se ha dejado más de tres millones y medio de votos. El PSOE, por su parte, se ha mantenido como segunda fuerza aunque perdiendo más de un millón y medio de votantes y situándose, con 90 escaños, por debajo del listón psicológico de los 100 diputados. Los socialistas han cerrado las urnas sintiendo el aliento en la nuca de un nuevo partido: Podemos, que ha logrado un espectacular resultado, aunque yendo en coalición con fuerzas menores en Valencia, Cataluña y Galicia. El partido liderado por Pablo Iglesias y sus compañeros de comicios (En Marea, Compromís y En Comú Podem) han conseguido entrar en el poder legislativo con 69 escaños.La otra fuerza emergente, Ciudadanos, se ha desinflado llamativamente respecto a los resultados que le llegaron a vaticinar las encuestas. El partido encabezado por Albert Rivera finalmente ha logrado 40 escaños. Teniendo en cuenta que se estrenaba en
En estos comicios, las dos fuerzas tradicionales -PP y PSOE- que se han turnado durante casi cuatro décadas en el poder, han perdido en conjunto más de cinco millones de votos. En 2011 un total de 17,8 millones de españoles escogieron o la papeleta popular o la papeleta socialista. Ayer sólo lo hicieron 12,6 millones. En el otro lado de la balanza, los dos partidos nuevos -Podemos y Ciudadanos- han conseguido atraer en su primera actuación en unos comicios generales, el sufragio de ocho millones y medio de españoles.Las dos fuerzas nuevas no sólo han robado voluntades políticas a manos llenas a populares y socialistas, sino que también han atraído al nuevo votante y han conseguido laminar a partidos que hasta bien entrada la legislatura tenían excelentes perspectivas, como Izquierda Unida o UPyD. IU, encabezada por Alberto Garzón, apenas ha obtenido dos escaños por Madrid. En tanto que la formación magenta, liderada en estos comicios por Andrés Herzog, no ha logrado ni un solo puesto en el Parlamento. ¿Un Gobierno pentapartito?El panorama que se dibuja ahora con la vista puesta en la gobernación es, de partida, muy difícil. En principio, atendiendo a la dicotomía derecha-izquierda, el bloque formado por Partido Popular y Ciudadanos suma un total de 163 escaños, insuficiente para constituir un Gobierno con manos libres, e insuficiente también para sacar adelante sólo
No obstante, esta segunda fórmula, podría llegar a contar con el respaldo de otros partidos menores más radicales e incluso nacionalistas. Resulta difícil imaginar un Gobierno pentapartito -que evidentemente marginaría al PP que ha sido la fuerza más votada-, pero quizá no lo sea tanto a la hora de sacar adelante la investidura de un líder de izquierdas. Ahora bien ¿cuál?En este bloque, el PSOE es la fuerza más votada, pero su candidato Pedro Sánchez ha conseguido el peor resultado de la historia para su formación y su posición interna no es precisamente de gran fortaleza. No es el caso dePablo Iglesias, al frente de Podemos. Su liderazgo, con los excelentes resultados logrados se consolida, pero no hay que olvidar que buena parte de sus escaños han sido obtenidos por fuerzas con las que se presentaba coaligado en comunidades autónomas en las que no contaba con suficiente red propia y que en el Congreso de los Diputados previsiblemente se dividirán en varios grupos parlamentarios.Existe una tercera posibilidad, experimentada en otras naciones europeas -el caso alemán es el paradigma-, pero jamás en España. Se trata de la gran coalición que implicaría ver un Gobierno en el que vayan de la mano PP y PSOE. Un experimento así sería visto de inmediato como un intento, último quizá, de las dos fuerzas tradicionales por seguir manteniéndose, contra viento y marea, en el poder.No hay duda de que un acuerdo de este tipo supera los números tanto para investir a un presidente como para gobernar. Sin embargo, si lo que se pone sobre la mesa son programas concretos, las diferencias entre las dos formaciones parecen demasiado grandes como para lograr un pacto tan estrecho. De hecho, es esta una fórmula que, según las encuestas que se han realizado antes y durante la campaña, no gusta a los ciudadanos.
Las investiduras en España nunca se han aplazado más allá de mes y medio a contar desde la cita con las urnas. Sin embargo en esta ocasión las cosas son distintas. Tras un intento de investidura fracasado se abre un plazo de dos meses para seguir celebrando intentos de votación. Cumplidas esas ocho semanas, si no hay éxito, el Rey, con el refrendo del presidente del Congreso, procede a la convocatoria de nuevas elecciones generales.(De “El Mundo”, 21/12/2015)…
El otro partido hasta ahora bastante predominante (alternando entre gobierno y oposición), el PSOE, ha quedado en límites mínimos insospechados, y aunque a nivel nacional está en segundo lugar, ha sido superado por otro de los llamados partidos emergentes. Contando además con su tradicional falta de conciencia.El primer emergente es P(j)odemos –lo siento, pero sigo sin renunciar a insertar la “j” en su denominación— que es un conglomerado de grupos en forma de partidos, de etiología filocomunista de la no homologada, tendencias reaccionarias a la izquierda y apariencias constitucionalistas, que en su oferta de ruptura de formas y rebeldía frente a los apretones del poder establecido, ha seducido
El cuarto partido en liza, novato también, el denominado “Ciudadanos”, ha aportado bisoñez y acogimiento de un añorado e irrepetible centro político, que ni siquiera el irrepetible Adolfo Suárez pudo consolidar. Así que el mapa político semeja un arco iris, una pléyade de colores, que esencialmente pone de manifiesto que algo (mucho) está cambiando en esta España nuestra. Aquello de las derechas y de las izquierdas creo que ha sido superado por lo que significa “lo nuevo” y “lo viejo”. Recuerdo la anécdota que me refirió el catedrático Don Adolfo Miaja de la Muela, uno de mis maestros, quien me distinguió dirigiendo mi tesis doctoral, cuando me contó que en otra tesis que hubo de soportar escuchó de un colega que lo sometido a control por el doctorando tenía “cosas muy originales” y “cosas muy buenas”. La respuesta del Profesor Miaja fue, como él mismo, de excelsa inteligencia y aguda visión: “Sí; pero lo original no es bueno; y lo bueno no es original…”.Gran verdad, que resulta aplicable a lo acontecido en
Y, si trata de gobernar la izquierda, el PP más cavernícola boicotearía lo divino y lo humano con tal de sobrevivir. ¿Qué hacer, por tanto?Quien lo sepa y atine, llevará premio.Pero sin mostrar deseo de recompensa, aquí y ahora me siento obligado a proclamar que ya veremos en qué acaba este lío, si es que termina. No puedo olvidar la admonición de un sagaz analista político de que “ahora se trata de los mismos perros con diferentes collares”.Gran verdad que entraña gran paradoja. Que, mande quien mande, gobierne quien gobierne, en esta España nuestra el lío está servido. Y aunque “imposible la dejaron para ellos y para
Eso es lo que espero en este tiempo de Navidad, en el que las sospechas maliciosas se tornan esperanzas bienintencionadas. ¡Que Dios ha nacido en la Navidad para algo, caramba!“Escojo a mis amigos por su buena apariencia, a mis conocidos por su carácter y a mis enemigos por su razón”.- Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandésSALVADOR DE PEDRO BUENDÍA