Las empresas B. ¿Hacia un cambio de modelo?
1.-No dejan de ser empresas. Esto lo remarcan bastante. Son empresas que compiten en un sistema capitalista, por lo que han de ser sostenibles económicamente y tener la capacidad de “pelear” en un mercado con otras empresas que posiblemente sean más “tradicionales”.
2.-Se centran en el ser humano. En todas sus dimensiones y en todas sus presencias dentro del proceso productivo y de consumo. La equivalencia empresa=personas=sociedad se da como cierto. Así buscan un beneficio para la sociedad, para los clientes y para los trabajadores, dando importancia a todos estos roles dentro de su estructura de negocio. En este sentido creo que siguen lo que yo vengo propugnando de un tiempo a esta parte: un enfoque más humanista.
3.-La innovación forma parte de este tipo de empresas. En un tipo de empresa que se sale de lo común la innovación ha de formar parte de su ADN. Aplicar estrategias de innovación constante y asumir que la evolución está en su día a día enriquece mucho su capacidad de responder a las necesidades sociales.
4.-Vuelven a lo local. Tienen que identificarse con la sociedad en la que están, por lo que pueden chocar con la mentalidad de las multinacionales, más enfocadas a la uniformidad y a las economías de escala. No creo que sean incompatibles, pero sí que requieren de un cambio de mentalidad por parte de estas grandes corporaciones multinacionales.
5.-El tipo de beneficio social es muy variado. Aunque el más evidente es el beneficio medioambiental no por ello es el único. Beneficios sociales, médicos, de integración u otros son posibles para este tipo de empresas. No es necesario que la actividad de la empresa se identifique con el beneficio buscado, por ejemplo puedes disponer de una empresa de ropa deportiva y fomentar el juego entre la juventud o la conservación medioambiental. En principio no ha de ser incompatible, todo depende de tu estructura y modelo de negocio.
6.-Requieren de nuevas legislaciones. El caso de Ben & Jerry’s comentado es un ejemplo claro. Este tipo de empresas no son ONGs ni fundaciones, son empresas integradas en el mercado de igual a igual, pero que tienen fines distintos que en muchos casos requieren de cambios legilativos.
8.-Hay sectores donde no son posibles las empresas B. Un ejemplo claro es el de la industria armamentística. No parece lógico que este tipo de empresas se desarrolle en ese sector, es un contrasentido. Esto lleva a pensar si en el futuro podremos hablar de dos tipos de economía, una social y humana y otra más egoísta y muy centrada en el beneficio puro y duro.
¿Y qué ocurre por aquí?
Lo más cercano que tenemos por aquí que se pueda en cierto modo asemejar son los temas de innovación y emprendimiento social. Sin ser lo mismo que las empresas B, sí tienen algunas semejanzas, sobre todo en cuanto a objetivos (no todos) y relación y enfoque social. Sobre todo esto lo he visto en mis viajes al País Vasco, muy metido en todos estos temas con empresas proyectos como Colaborabora y temas de procomún. Es lógico que así sea porque allí está muy implantado el modelo de gestión de la cooperativa por razones culturales e históricas.
De la economía especulativa a la economía productiva
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