Esta es la conclusión del estudio "Productividad y empresa saludable", del Observatorio GOO fit, elaborado por la Escuela de Negocio IESE-Universidad de Navarra, que se ha presentado hoy.
El informe parte de la tesis de que la promoción de la salud desde el entorno laboral proporciona a la empresa y a los empleados mejor clima laboral, mayor productividad y menor absentismo, además, de los beneficios inherentes a la práctica de hábitos de vida saludables.
Los países avanzan a distinta velocidad a la hora de implantar estas políticas, en las que Estados Unidos se sitúa a la cabeza.
El informe constata que en España el desarrollo es menor y más reciente y achaca, en parte, la diferencia a la mayor cobertura del sistema público de salud, lo que ha mantenido esta cuestión en el ámbito de las instituciones públicas.
Señala que las acciones que las empresas españolas suelen realizar en este campo son de carácter aislado y rara vez forman parte de una estrategia universal que asegure su eficacia y rentabilidad.
Según el estudio, en estos momentos centran principalmente sus esfuerzos en la prevención de enfermedades cardiovasculares y cáncer (especialmente de cáncer y próstata).
Estos programas, aunque necesarios, no son suficientes, señala el informe, que recomienda a las empresas "dar un salto cualitativo que sitúe la promoción de la salud de los empleados como línea de trabajo corporativa incluida en el plan estratégico".
Además, en España actualmente "prima lo urgente sobre lo importante. Las empresas se olvidan de conceptos como la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o el equilibrio vida laboral/vida personal. Piensan en la rentabilidad y para ello exigen mayor productividad a sus plantillas".
No obstante, desde hace aproximadamente cinco años, las empresas españolas han comenzado a buscar la manera de establecer una estrategia global, con un enfoque integral y que agrupe las acciones dispersas.
La cultura empresarial española sitúa los temas de salud en el área de la prevención de riesgos laborales, y son estas áreas las que más han avanzado, tratando de ampliar los horizontes y superar los límites de la normativa vigente.
Aunque el estudio considera que estos primeros pasos son de "indudable valor", recomienda a las empresas "dar un salto cualitativo que sitúe la promoción de la salud de los empleados como línea de trabajo corporativa incluida en el plan estratégico".
Así, una empresa saludable, según el informe, no se limita a ofrecer a sus empleados un bono descuento para un gimnasio o una opción de almuerzo sano.
Lo que hacen es promover el cambio de actitud de los trabajadores, motivándoles a mejorar su estado de salud y creando el entorno adecuado para que puedan conseguirlo.