Un equipo de investigadores de la Universidad de Delaware, en Estados Unidos, han publicado un estudio en el que se asevera que cuidando el mix de energías renovables y combinados con sistemas de almacenamiento basados en baterías y pilas de combustible podría satisfacer la demanda de energía eléctrica y, a la vez, mantener el precio bajo.
La clave es tener una correcta combinación de energías, solar y eólica, combinados con almacenamientos adecuados. Los autores del estudio desarrollaron un modelo computacional con el que evaluaron 28.000 millones de combinaciones de fuentes de energía renovables y mecanismos de almacenamiento y las compararon con el registro histórico de demanda, pero en este caso se centraron en la minimización de costes, en lugar de en ajustar la generación a la demanda, como es habitual en otros estudios.
Los investigadores encontraron que en ciertos momentos generar más energía que la que era consumida era más barato que tratar de almacenar toda esa energía para su posterior consumo cuando la demanda subía. El problema es que el almacenamiento de electricidad es caro, independientemente de si se usan baterías o tanques de hidrógeno y pilas de combustible.
Uno de los resultados obtenidos en el estudio es que un gran sistema eléctrico de distribución puede funcionar enteramente con fuentes de energía renovables.
Usando hidrógeno como sistema de almacenamiento se puede cubrir la demanda para un sistema de distribución de 72 GW de potencia durante un 99, 9% del tiempo si se construyen 17 GW de potencia solar instalada, 69 GW de eólica de alta mar y 115 de eólica en tierra firme.
Para hacernos una idea, 1 GW de potencia instalada es equivalente a la potencia suministrada por 200 aerogeneradores o a la de 250.000 tejados cubiertos por paneles solares. Obviamente no siempre producen el máximo de potencia porque las condiciones meteorológicas cambian, puede haber nubes o no soplar el viento. Por esta razón, para garantizar esos 72 GW se necesiten 17+69+115 GW instalados.
La fiabilidad de un sistema de generación con energías renovables de este tipo está basada en la expansión geográfica sobre una gran área de los sistemas de generación (puede no soplar el viento en un sitio, pero sí en otro), en el uso de diversos sistemas de generación (puede no hacer sol pero el viento puede soplar) y en el empleo de sistemas de almacenamiento. El porcentaje residual de demanda puede cubrirse con combustibles fósiles.
En los momentos en los que se produce más energía que la demandada el estudio propone que en un principio se almacene y después se use este exceso para calentar las casas y oficinas en lugar de usar gas natural.
En el estudio se estima el costo de todo el sistema sin tener en cuenta subvenciones gubernamentales y compara el costo de la generación de electricidad mediante combustibles fósiles que se usa hoy en día. En este último caso se tiene en cuenta también la externalización de costos, como el causado por la contaminación sobre la salud humana. El costo proyectado en 2030 para la instalación de energía solar y eólica se estima en la mitad del actual.
Via: NeoFronteras