Las ensaladas pueden crujir

Por Tutetuan14

 Mi trabajo me ha costado pero ahora en casa no podemos pasar sin ensalada. Sí, soy la envidia de la huerta, de mis amigas madres que ven cómo en cuanto una rodaja de tomate asoma por la puerta de la cocina, los niños tuercen el gesto con cara de asco. Los míos ponían las manos en aspa delante de su cara para esconderse de la lechuga con aceitunas que ponía en el centro de la mesa. El poder de las verduras es torturador para algunos angelitos. Por eso un día de primavera decidí cambiar las cosas y cocinar otro tipo de ensaladas que también han conquistado el paladar de nosotros, los adultos, ya que yo era de las de lechuga, tomate, cebolla y aceitunas y, cuando se me iba la cabeza, añadía atún, zanahoria, espinacas o pasas.

En primer lugar he descubierto que las ensaladas pueden saber a fresa. La misma idea sirve para las manzanas. Bien porque las tenga frescas en trocitos o deshidratas –uhmmm- o porque las sazones con un aliño con este sabor, más o menos avinagrado o más o menos dulzón. La fresa y la manzana quedan bonita en el plato, les resultan familiares y se ganan el olfato así que, anímaos a buscar un aliño de su gusto sin rechazar un aceite de oliva suave como el de sésamo. A los míos, los fuertes, les espantan pero ya sabemos que el de oliva virgen extra es el mejor.

También he descubierto que las ensaladas pueden crujir. Para mí ése ha sido un punto a favor. Tanta hoja blandita no divierte. Pero unos frutos secos, pipas, nueces, kikos, entretienen y animan la ensaladas. Cuando esto les capta la atención, ya puedes añadir más hierbajos y otros toques crujientes como trocitos de pan, jamón o beicon churruscado, por ejemplo. Aunque la ensalada para ser perfecta y digestiva debe tener hidratos de carbono complejos (arroz, legumbres, pan, patatas o pasta) que prolongan la sensación de saciedad y también debe tener proteínas (pescado, carne o huevos), yo ciertos ingredientes me los salto. Ya los añadiremos en la fase posterior, cuando no hagan ascos a las ensaladas. Si quieres poner huevos y se resisten a ellos, añadidlos de codorniz cocidos y enteros. Da gusto verlos y la yema, otro freno para que los coman, no se ve. Todo lo baby les gusta con locura: minimazorcas, micalabacines… Busca que  por cuestión de fruterías no nos podemos quejar. Solo en el mercado Maravillas, en Tetuán, hay casi 80.

Tampoco es que haya que ponerse en plan Master Chef. Podemos echar mano de las conservas de verduras y pescado que nos facilitan la vida. En mercados como el de Chamberí las venden en los mismos puestos de frutas y verduras. Puedes encontrar unos buenos espárragos, como los de LC La Catedral de Navarra o unas buenas sardinillas, como Paco Lafuente, junto a los pimientos, la escarola y las cebollas en sus estupendos puestos, de gran calidad.

Y es que lo de 5 al día, no solo es para las frutas, también para las verduras. Por eso hay que ponerlas en el plato todo lo que podamos porque tienen calcio, vitaminas C, A, ácido fólico, antioxidantes, betacarotenos… estupendo para toda la familia. Y  cuando crezcan y se acostumbren más a sabores potentes, ya podremos desmelenarnos poniendo pimienta, vinagretas, wasabi, mostaza, aceite de trufa, parmesano… Mientras, la fantasía, a su nivel, sin olvidar a nuestras ensaladas más tradicionales también como la escalibada (berenjena, pimiento rojo o cebolla al horno y en tiras), y la pipirrana (tomates, pimiento verde y rojo, aceitunas, pepino, ajo, cebolla y pan). Estas también se hacen querer.

Esta es una ensalada de frambuesa de lovemysalad.com. Allí podréis encontrar la receta