Las eolianitas, guardianes de la historia costera

Por Guatu

por Pablo A. Llerandi-Román

Eolianitas en Playa Mar Chiquita, Manatí, P. Rico. Foto por P. A. Llerandi-Román, julio 2011.

Las eolianitas son posiblemente las rocas más notables de la costa norte de Puerto Rico.  Afloran como montículos rocosos orientados mayormente de este a oeste a lo largo de la costa protegiéndola de la fuerza implacable del Océano Atlántico.   En lugares como La Poza del Obispo en Arecibo y Mar Chiquita en Manatí se han formado brechas entre las rocas por donde el agua de mar discurre formando pozas y playas bordeadas por eolianitas.  La superficie de estas rocas está marcada por crestas afiladas, puyas rocosas, surcos sinuosos, grietas, pozos profundos y pequeñas piscinas donde se acumula agua de mar y de lluvia como resultado de la disolución del material calcáreo que compone la roca.  También se observan moldes o huecos fósiles dejados por lo que pudieron ser las raíces de plantas, posiblemente de uvas playeras, cuando hace mucho tiempo crecían en las dunas que dieron lugar a las eolianitas.  Aquellos que han explorado estas rocas en playas como Sardinera, Montones, Jobos y Cerro Gordo conocen muy bien su majestuosidad.

Eolianitas en La Poza del Obispo, Arecibo, P. Rico. Foto por P. A. Llerandi-Román, junio 2010.

Hay afloramientos de eolianitas en otras costas de la zona del Caribe, en el sur de África y Australia, en la zona que bordea al Mar Mediterráneo y en numerosas islas alrededor del mundo.  Fue justamente al estudiar las eolianitas de la isla Santa Helena, al oeste de Angola, y las eolianitas del sur de Australia que Charles Darwin propuso en 1851 la hipótesis de que eran producto de la litificación de dunas antiguas.  Darwin notó que las eolianitas están compuestas de material arenoso originado en la zona de playa, que los granos están cementados mayormente por minerales de carbonato de calcio y que las rocas exhiben estructuras típicas de la deposición de arena en las dunas.

Hoy en día sabemos que las eolianitas son rocas sedimentarias formadas por granos de arena que originalmente fueron depositados por el viento en la zona de dunas costeras.  De ahí se origina su nombre, eolianita, que proviene de eólico o en otras palabras, una roca producto de la acción del viento.  Los detalles encontrados en los granos, fósiles y estructuras de las eolianitas nos llevan a reconstruir la historia de cambios en el nivel del mar, ambientes geológicos antiguos y climas del pasado.

Estratificación entrecruzada, Bo. Puntas, Rincón, P. Rico. Foto por P. A. Llerandi-Román, mayo 2009.

Una de las estructuras típicas de las eolianitas es la estratificación entrecruzada.  Esta estructura sedimentaria indica que los sedimentos fueron depositaron por corrientes de aire o agua.  La estratificación entrecruzada se observa en rocas formadas en varios ambientes sedimentarios.  Pero la ocurrencia de estratificación entrecruzada junto a otras estructuras clave, la textura, distribución y composición de la arena y el tipo de cemento de carbonato de calcio entre los granos generalmente indican el origen eólico de las eolianitas.

En muchas eolianitas se observan capas de arena fina mezclada con limo o arcilla y óxidos de hierro.  Estas capas no tienen las estructuras típicas encontradas en las dunas.  Los geólogos interpretan estas capas como paleosuelos, o suelos del pasado.  Los paleosuelos en las eolianitas indican que el nivel del mar estuvo por debajo de la superficie de la roca y que el proceso de formación de suelos comenzó sobre lo que era la eolianita en ese momento del pasado.

Para tener una mejor perspectiva es importante saber que los suelos necesitan lugares estables con muy poca erosión y que estén fuera del agua de mar para poder formarse a lo largo de miles de años.  La zona de playa y dunas no es un lugar ideal para la formación de suelos ya que allí la erosión y el transporte de sedimentos ocurren minuto a minuto.  Por esta razón los paleosuelos en la eolianitas son buenos indicadores de los cambios en el nivel del mar experimentados en el lugar donde se formó la eolianita.

Proceso de litificación de una duna, Bo. Bajuras, Isabela, P. Rico. Foto por P. A. Llerandi-Román, mayo 2009.

Otra forma de utilizar las eolianitas como indicadores del pasado geológico es a través del estudio de los cementos de carbonato de calcio encontrados entre sus granos.  La eolianitas contienen granos de arena calcárea, fragmentos de organismos marinos y fragmentos pequeños de rocas que se encontraban en las dunas al momento de cementarse y convertirse en roca.  El agua de lluvia, agua subterránea y el agua marina se infiltran por las cavidades (poros) formadas entre los granos.  El agua infiltrada contiene carbonato de calcio y otros componentes típicos del ambiente donde se encuentra.  Al evaporarse el agua, o debido a la alta concentración de carbonato de calcio, se forma el mineral calcita en los poros uniendo de esa manera a los granos adyacentes.  Dependiendo de la zona en donde se forme, ya sea fuera del mar, en una zona con agua subterránea cerca de la costa, o en un ambiente bajo el mar, la composición y la forma de los cristales de calcita en los poros varía, ayudando así a los geólogos a identificar el ambiente de cementación.  De esta manera, podemos reconstruir la historia de los ambientes de deposición de los sedimentos que formaron  a las eolianitas.  También podemos relacionar esos ambientes con cambios en el nivel del mar y cambios en la localización de la roca en el pasado.

Eolianita en Playa Sardinera, Camuy, P. Rico. Foto por P. A. Llerandi-Román, julio 2010.

Las eolianitas guardan innumerables historias sobre cambios en el ambiente costero, cambios en el nivel del mar, el clima del pasado y sobre la vida de organismos que vivieron en sus arenas antes de que éstas se convirtieran en roca.  Los geólogos utilizan las herramientas de la ciencia para reconstruir la historia geológica contada por las rocas.  Una historia fascinante llena de detalles ávidos de ser descubiertos por aquellos que se aventuren a explorar, con respeto y admiración, a las eolianitas.