Como ya sabréis a estas alturas, IM3 ha sido coproducida por la compañía china DMG Entertainment en el marco de la reciente alianza entre Hollywood y el país asiático para lavar la imagen del gigante comunista, la misma que ya nos ha dejado discutibles ejercicios como The Karate Kid o Las Flores de la Guerra. En el caso de la película de Shane Black (crítica aquí), en Marvel han apostado por una publicidad creativa, rodando anuncios integrados en la cinta sólo para la ocasión -product placement- e incluso un arco argumental exclusivo para la versión china de Iron Man 3 ambientado en Pekín. Por supuesto, la estrategia no le ha sentado bien a todo el mundo y ya ha levantado la consiguiente polvareda en torno a la delgada línea que separa el componente artístico de las superproducciones frente a su condición de producto de masas.
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De todas formas, a mí lo que aún me escuece es el cambio del nombre del villano en la edición china de la película, de El Mandarín a Man Daren -según Reuters-, por eso de no herir sensibilidades a pesar de que el personaje tenga tanto de chino como el que escribe estas líneas. Como Hollywood empiece a tirar por aquí con frecuencia, malo.
/Vía Indiewire.