Barón de Münchhausen,
cabalgando sobre una bala de cañón
Al terminar una larga jornada de verano nos encontrábamos reunidos alrededor del barón de Münchhausen. Esa noche se encontraba más animado de lo habitual. Todos nos sentíamos particularmente extasiados por las fantásticas historias que solía contar, todas ellas relatos realmente brillantes y de gran ingenio. Después de hablar sobre algunas historias de caza y pesca, la conversación derivó hacia el juego que nos tenía a todos cautivados, el ajedrez. Llegado este punto uno de los contertulios preguntó:
- Decid, barón, ¿os han derrotado alguna vez jugando al ajedrez?
La mirada de nuestro anfitrión se nubló de forma ligera pero perceptible, volviendo a continuación a su normal serenidad.
- ¡Ah!, queridos amigos, solo una vez en la vida perdí una partida de ajedrez y jamás lo podré olvidar. Seguro que ninguno de vosotros ignora que sentado delante del tablero me he enfrentado con los ajedrecistas más fuertes del mundo. Lo cierto es que pocos podían resistirse a mi audaz y brillante juego, no obstante una vez…
Y aquí empieza la interesante historia que nos relató en barón de Münchhausen:
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