Las falsas titulaciones académicas de los políticos están aumentando en España aunque no sean necesarias para ocupar el cargo que lamentablemente ocupan. Quizá esta nefasta pràctica haya sucedido en el pasado, pero me importa el presente y me indigna la mentira que nos rodea en el ámbito político.
Las falsas titulaciones académicas demuestran la calaña de los «personajes» que gobiernan nuestro país añadiendo a su CV trabajos de investigación que, o no han realizado o han sido encargados a otras personas por una suma de dinero más o menos cuantiosa además de ser avalados por titulados académicos sin dignidad que ultrajan la seriedad de nuestras universidades.
Las titulaciones académicas exigen un arduo trabajo de investigación que conlleva años para reunir las fuentes en las que se basa. La primera fase incluye incontables horas de búsqueda en textos, hemerotecas, libros, tesis y demás documentos que justifiquen el tema del título del trabajo académico que se desea realizar. La segunda, ordenar toda la información para poder pasar a la tercera que consiste en la redacción de todo lo investigado, por supuesto justificando las fuentes, para poder finalizar el trabajo con rigor y seriedad.
Las falsas titulaciones académicas anulan todo este proceso además de impedir su consulta pública que es el objetivo de estos trabajos para futuros investigadores interesados en el tema del trabajo.
La mayoría de los partidos políticos, incluyendo al presidente, tienen a alguien con estas falsas titulaciones. La explicación me parece obvia, cuando dejen la política podrán ejercer y cobrar como docentes, conferenciantes y asesores, avalados por ese falso título de manera que sus sueldos se duplicaran por haber ejercido como políticos y por su nuevo y prestigioso trabajo.
¿Cómo puedo confiar en unos «señores» que gobiernan nuestro país basándose en el engaño?