Sexta edición sudamericana.
En el Dakar, considerado el rally más difícil del mundo y que nació en 1979 como una competencia de aventureros aficionados cuyo principal objetivo es llegar a la meta, no todo es sortear dificultades y trazar una buena estrategia para llegar al final, sino también una competencia que un puñado de pilotos quiere ganar sin importar cuántas veces lo hayan hecho antes.
El grupo de pilotos con sed de victoria en autos este año tiene a la cabeza al francés Stéphane Peterhansel (MINI), bautizado “Monsieur Dakar” por ser el más ganador de la historia del rally con 11 victorias, seis en motos y cuatro en auto.
Este año deberá luchar con sus compañeros del equipo X-Raid más que con un rival de otra escuadra. Es que Nasser Al Attiyah, ganador en 2011, regresará al equipo alemán, que dejó en 2009 antes de su paso por Volkswagen.
El qatarí, acostumbrado a sorprender, se sumó al X-Raid a último momento, tal como hizo en 2012 cuando corrió con una Hummer de Robby Gordon y en 2013 con un Buggy de preparación propia.
Otro candidato a la victoria es el catalán Nani Roma, segundo en 2012 y cuarto en la edición pasada. El español, que comenzó a correr el Dakar en 1996 en moto y en 2005 pasó a autos, llega a este Dakar con una convicción fuerte: “El ganador voy a ser yo”.
El polaco Krzysztof Holowczyc es un hueso duro de roer y quiere desquitarse de la frustración que le supuso abandonar el Dakar pasado en la tercera etapa.
El mendocino Orly Terranova, por su lado, está dispuesto a dar el batacazo y quiere estar en el podio en su primer año con un MINI. El cuyano hizo historia el año pasado cuando se convirtió en el primer sudamericano en ganar una etapa cuando corría con BMW.
En tanto, el español Carlos Sainz, campeón en 2010 con Volkswagen, estará al igual que el año pasado con un Buggy, vehículo que en 2013 mostró buen potencial aunque no llegó al final. En esta edición buscará dar pelea entre los primeros lugares.
En autos también animarán la carrera el estadounidense Robby Gordon, que dejó la Hummer y estrenará un “Gordini” de su creación tan colorido como su antigua camioneta aunque “más bajo, más liviano y más potente”, según aseguró.
Finalmente, el sudafricano Giniel De Villers, primer ganador del Dakar en Sudamérica con Volkswagen, y que en 2012 y 2013 terminó tercero y segundo, respectivamente, con la Toyota Hilux, es otro de los firmes candidatos a subir al primer escalón del podio.
En motos, el abanico parece más abierto todavía, ya que KTM no sólo cuenta con el regreso del catalán Marc Coma, quien no corrió el Dakar pasado porque no estaba recuperado de una lesión, sino que además tiene en el equipo a figuras como Jordi Villadoms, el chileno Francisco `Chaleco` López y el portugués Rubén Faria.
Todos ellos fueron claros a la hora claros a la hora de hablar de sus objetivos: “Los cuatro tenemos opciones de ganar”.
En las dos ruedas, el gran cambio es el del cuatro veces campeón Cyril Després, que dejó KTM para pasar a Yamaha. El galo aseguró que su objetivo en este Dakar es lograr que la marca japonesa “recupere el número uno”, ya que fue la primera en ganar el rally.
Por su parte, Honda que regresó oficialmente al Dakar hace dos años tiene un gran potencial para que sus hombres, el argentino Javier Pizzolito, el español Joan Barreda, y los portugueses Helder Rodrigues y Paulo Goncalvez, ocupen los puestos de vanguardia.
En cuatriciclos, el argentino Marcos Patronelli (Yamaha Raptor 700), campeón en 2010 y 2013, tiene grandes posibilidades de alzarse con un tercer trofeo.
Aunque el piloto de Las Flores no se relaja porque sabe que tiene “rivales fuertes”, como el chileno Ignacio Casale (Yamaha), el fueguino Lucas Bonetto (Honda), el uruguayo Sergio Lafuente (Yamaha) o el joven de Emiratos Arabes Unidos, Sebastian Husseini (Honda).
Télam