Revista Regiones del Mundo

Las firmas de miles de polacos fuerzan al Gobierno a invertir más en cultura

Por Nestortazueco

(EFE, Nacho Treviño, 03/06/2011, Varsovia)

TODO UN EJEMPLO. Primer acuerdo que firma el Ejecutivo polaco con sus ciudadanos desde los 80. Sacará al país de la cola de la UE en cuanto a inversiones en cultura.

Las firmas de miles de polacos fuerzan al Gobierno a invertir más en cultura

La lucha de los llamados “Ciudadanos por la cultura” ha logrado reunir más de 100.000 firmas y forzar al primer ministro polaco, Donald Tusk, a suscribir un compromiso para aumentar el gasto en cultura hasta un mínimo del uno por ciento de los presupuestos, para situarla como motor de la sociedad.

Este pacto es el primer acuerdo que un Gobierno polaco firma con sus ciudadanos desde los años 80, después de que el Ejecutivo haya entendido que “la cultura no es sólo arte y creatividad, sino también un elemento para mejorar la vida de los individuos, y también para asegurar el futuro del país”, explicó la vicedirectora del Museo Nacional de Polonia, Beata Chmiel.

Chmiel es una de las impulsoras del movimiento ‘Ciudadanos por la cultura’, del que forman parte figuras como la poetisa Wislawa Szymborska, premio Nobel de Literatura, o el compositor Krzysztof Penderecki, junto a miles de polacos anónimos.

No se trata del problema de un grupo de artistas, sino que la promoción de la cultura es una cuestión nacional que apoyan gentes de todo tipo, gentes que entienden que la finalidad real de la cultura es cambiar la vida de las personas”, añade Chmiel.

El pacto prevé el aumento progresivo del presupuesto del ministerio de Cultura hasta alcanzar un mínimo del 1% en 2015, lo que superaría el exiguo 0,5% destinado actualmente y sacaría a Polonia del furgón de cola de la Unión Europea en cuanto a inversiones en cultura.

Aumento del analfabetismo funcional

Los “Ciudadanos por la cultura” denuncian que el número de personas que quedan fuera del acceso a la cultura ha aumentado en Polonia en los últimos años, lo que se traduce en un incremento del analfabetismo funcional y un freno en el desarrollo del capital intelectual de la sociedad.

“La clave es desarrollar el capital humano”, señala Chmiel, que considera evidente que, en un futuro donde serán menos necesarios los trabajadores físicos, es preciso contar con personas capaces de mejorar sus habilidades y ser parte activa de la sociedad.

Una de las prioridades de este pacto por la cultura es promover la lectura como base sobre la que construir una actitud creativa, activa y cívica que, en definitiva, permita a los ciudadanos participar en la cultura y relacionarse cívicamente.

“Tenemos que entender que el libro no es un instrumento de opresión sino una herramienta que da perspectiva”, afirma Chmiel.

Este verano Polonia asumirá la presidencia rotatoria de la UE y en 2016 una ciudad polaca y otra española compartirán la capitalidad cultural europea, una oportunidad que muchos ciudadanos quieren aprovechar para situar a la cultura como una prioridad.

Para Beata Chmiel, el desarrollo de la cultura en la sociedad es tan valioso que puede ayudar a cambiar la mentalidad polaca, culpable en su opinión de muchos de los problemas políticos que vive el país, de la incapacidad para aprovechar los fondos europeos e incluso de las derrotas en el fútbol.

“No se ha enseñado a los polacos a trabajar en equipo, a entender la solidaridad -dice- y todo esto puede cambiar si invertimos en capital humano y cultura, y no sólo en infraestructuras”.

Por ahora, la insistencia de miles de ciudadanos como Beata ha logrado influir en las altas esferas de la política, un paso decisivo en una sociedad joven y con energía que no quiere cometer los errores de la vieja Europa.


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