La oral y la escrita
Por: Carlos B. González PecotcheArtículo publicado en Revista Logosófica en octubre de 1943 pág. 17
Las palabras escritas no son exactamente iguales a las habladas, o sea a las que se trasmiten por vía oral, pues estas últimas son escuchadas y penetran más directamente en las regiones del entendimiento. Las leídas no siempre tienen por consecuencia una inmediata comprensión, y no la tienen porque por lo general las palabras escritas son leídas ligeramente, con la atención puesta en múltiples partes, y en estados mentales muy diversos; de ahí que cueste a veces tanto entenderlas, y en cambio, resulte tan fácil comprender la palabra que se oye, pues casi siempre, al escucharla, se trata de predisponer la mente a absorber su contenido.
No es cuestión, pues, de leer por leer, sino de saber leer: saber propiciar a la palabra escrita el ambiente mental necesario para que, en vez de convertirse en letra muerta, tome contacto con la inteligencia y produzca como resultado de una asimilación real, una comprensión, si no perfecta, por lo menos lo más acertada posible.
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