Las fotografías de Philippe Halsman llegan a Barcelona

Una de las exposiciones que no os podéis perder este verano es la que, desde el pasado junio, en el centro CaixaForum de Barcelona, se muestra bajo el título:

Philippe Halsman. ¡Sorpréndeme!

En ella conoceremos el recorrido de este popular fotógrafo, y la razón por la cual se hizo tan conocido entre las estrellas como Marilyn Monroe, Audrey Hepburn o el mismísimo Dalí.

Philippe Halsman experimentó durante toda su carrera con la fotografía.
Siempre insistió en el potencial creativo todavía sin explorar de la imagen y resumía esta opinión citando la respuesta que Serguéi Diáguilev dio a Jean Cocteau cuando este le preguntó qué había que hacer para poder colaborar con él: «¡Sorpréndeme!». Con esta respuesta en mente, Halsman se labró una carrera que se extendió durante más de cuatro décadas, primero en París, y luego en Estados Unidos, y que dejó decenas de imágenes icónicas en el imaginario popular.

La exposición que ahora presenta la Obra Social ”la Caixa” junto con el Musée de l’Elysée de Lausana supone la retrospectiva más completa que se ha realizado nunca del fotógrafo estadounidense y recoge, junto a algunos de sus retratos más célebres, imágenes desconocidas.
¡Sorpréndeme! está formada por más de trescientas obras.
Destaca un numeroso grupo de piezas que no se habían expuesto anteriormente, hojas de contacto, pruebas de impresión, fotomontajes originales… que salen a la luz gracias a la colaboración en este proyecto de la propia familia del artista.

En la exposición, dividida por etapas, podremos descubrir los primeros experimentos de Halsman, sus prototipos propios de cámaras fotográficas que se ajustaban a sus necesidades ya que lo que él estaba experimentando aún no se había probado. Y poco a poco conoceremos a todas las personalidades que pasaron por delante de su objetivo para ilustrar sus más de cien portadas para la revista LIFE y los secretos que se esconden detrás de algunas de ellas.

Halsman, creador de la técnica jumpology, se dedicó a retratar a famosos cantantes, actores y actrices, políticos, científicos o incluso personajes de la realeza saltando, porqué Halsman creía que cuando saltaban reflejaban en su cara su verdadera personalidad, de ahí que Marilyn Monroe le exigiera repetir su salto más de 200 veces.

Halsman, consciente del efecto que su cámara tenía sobre sus modelos, prefería siempre entornos íntimos y sesiones cortas para que estos se sintieran cómodos. Sus trabajos se caracterizan por la atención al detalle y por la búsqueda de la naturalidad en la expresión. Aunque Halsman fue un acérrimo defensor del retrato psicológico, su repertorio es muy variado. Le interesaban los avances técnicos y poseía una impresionante colección de dispositivos, entre ellos un estroboscopio. En la década de los sesenta empezó a aplicar el vocabulario literal e ideográfico de la publicidad y desarrolló efectos muy diversos para producir retratos que el lector era capaz de interpretar al instante.

Cuando recibía un encargo para un retrato, Halsman preguntaba siempre al modelo o la modelo, una vez terminada la sesión, si querría participar también en ese proyecto personal. La jumpology tocó a su fin en 1959 con la publicación del Philippe Halsman’s Jump Book, en el que aparecían más de 170 divertidos y espontáneos retratos de famosos saltando.

Finalmente también conoceremos la estrecha relación entre el fotógrafo y Dalí, los cuales llegaron a trabajar juntos creando fotografías tan icónicas como “Dalí Atómicus”, las cuales podremos disfrutar en esta exposición, así como registros audiovisuales que nos permitirán conocer como se llevaron a cabo estas fotografías con puestas en escena casi imposibles de la mano de estos dos genios.

En 1953, Philippe Halsman se dio cuenta de que el bigote de Salvador Dalí podría darle «la oportunidad de cumplir uno de sus sueños más ambiciosos: crear una obra extraordinariamente excéntrica». El pintor catalán, que se tenía en muy alta estima a sí mismo y en particular a su bigote —para él, símbolo del poder de su imaginación— se enamoró de la idea al instante.
A lo largo de dos años, con su Rolleiflex 4 × 5 y un flash electrónico, Halsman fotografió varias veces a Dalí jugueteando con su bigote, en distintas poses.
Las diferentes escenas combinan la personalidad teatral de Salvador Dalí y la asombrosa inventiva de Halsman. La materialización de las ideas de ambos supuso un auténtico desafío técnico para el fotógrafo y la posproducción fue especialmente laboriosa, pues a menudo era necesario trabajar sobre el negativo o la impresión, o montar varios elementos que luego había que fotografiar de nuevo para obtener un negativo de la imagen compuesta.

Esta divertida exposición se podrá ver hasta hasta el 6 de Noviembre en el CaixaForum de Barcelona.
No olvides tu cámara y fotografíate saltando junto a Marilyn en el photocall de la entrada!