Las fotos

Por Siempreenmedio @Siempreblog

"Qué bajón" era uno de los comentarios al tuit. El tuit, de @haprostata, rezaba tal que así: "Recuerda, no eres el del espejo, eres el de las fotos".

Y sí. Un bajón. Yo, que me tolero en los espejos pero me ejecuto sumariamente en cada foto, digerí mal el desayuno ese día. La cámara es ese elemento externo necesario para hacer de nuestra realidad algo más objetivo, menos filtrable. Entre la imagen del espejo y nuestra retina toda una maraña neuronal nos convence de algo que nadie tiene manera de contradecir. Somos la voz que se reproduce en una grabación y no la que, cámara de resonancia mediante, escuchamos al hablar. Qué bajón.

A la hora de comer nadie podría haberme convencido de lo contrario. Y el pensamiento había escarbado tanto que ya no se limitaba a alcanzar rasgos físicos, mesurables.

Es posible, incluso bastante probable, que no sea como creo ser. Ni siquiera como pretendo. Y no encuentro la manera (la foto, la grabación) de comprobarlo. Pasaron los días de construcción, incluso los de confesión e instropección (al menos los míos, qué hartura) y llegó la edad adulta. La que, dicen las fotos fijas y los textos baratos que debí quemar, resulta de madurar y edificarse a uno mismo. La que, vaya hombre, en realidad no tiene cimientos profundos más allá del cinismo. La que no te deja espacio para pararte a crear. Y no mucho más a considerar si eres buena gente o un señor bastante hostiable.

Y he pasado tanto tiempo evitando salir en la foto que ahora no sé cómo, ni a quién preguntar.

Qué bajón, @haprostata. Tus muertos. Qué puto bajón.

Recuerda; no eres el del espejo, eres el de las fotos.

- Apróstata (@haprostata) January 28, 2023