Las frases de las madres

Por Moradadelbuho @moradadelbuho

  319     Las frases de las madres (I)  

La chabela

Seguro que en más de una ocasión has escuchado las mismas frases para los mismos momentos. No es casualidad, es que las madres ponen en práctica una especie de manual que sólo ellas conocen. Son frases típicas pero que hay que tener un arte especial para saber decirlas en la situación oportuna, con la entonación apropiada y la finalidad justa.

¿Te suenan estas?…

Cuando uno llega a la juventud o la adolescencia las cosas se complican. "Ese amigo/a no te conviene", "no quiero volver a verte con él", "pero si se acaban de ver, no entiendo por qué siguen hablando por teléfono" o "¿qué, tus amigos no tienen casa?", son algunas de las frases que gritan indignadas las madres.

Otra cosa importante que hay que saber es que las madres pueden decir estas frases a cualquier persona. Son madres y aunque no sea la de uno mismo tienen ese derecho implícito por lo que puedes llamar a tu amigo y que te contesten: "estas no son horas de llamar a una casa decente". Además también desempeñan una labor educativa: "¿Eso es lo que le enseñan en el colegio?".

Que a las madres les gusten los amigos/as o novios/as que tienen sus hijos es una misión casi imposible y no les importa decirlo abiertamente: "me da igual lo que haga o deje de hacer tu amigo/a" y acto seguido continúa su razonamiento diciendo "¿y si fulanito/a se tira por un barranco, tú también te tirarías detrás de él?". Ante tal reflexión no queda otra que decir "pues ahora no voy, pero porque no quiero yo".

El verano, el calor, la playa o la piscina… todo es propicio para darse un chapuzón ya sea en pleno mar, piscina, pantano o riachuelo de pueblo. Pero ¡ojo! las madres no descansan por vacaciones y no permitirán que a su retoño (tenga la edad que tenga) le pase nada malo. Por eso, cuando estés con el bañador enfundado y la toalla en la mano seguramente tu madre te diga: "No. Aún no. Que no has hecho la digestión".

A esta afirmación tan tajante se le puede contrarrestar con otra frase que dice "pero si acabo de comer, si todavía no ha pasado un cuarto de hora, no pasa nada". Eso sí, no te arriesges y primero mójate las muñecas que para estos casos parecen ser milagrosas.

"Mamá, ¿donde está (algo)"… Respuesta de la madre: "En su sitio". El hijo/a contrareplica "pero mamá ¿no lo encuentro?"; respuesta de la madre "¿has mirado bien?"; "sí, pero no está". Y la conversación concluye con la frase lapidaria: "Al final tendré que ir yo a buscártelo" y efectivamente la cosa estaba donde ella decía. Y es que sin las madres estaríamos perdidos y ellas lo saben y lo dicen para intentar hacer ver lo necesarias que son en nuestras vidas: "Un día de estos se levantan y no me van a encontrar, y a ver que hacen…"Como aquí tienen a la ‘sirvienta’ que les hace todo…" o "qué te crees ¿que esto es un hotel o una pensión?".

"¿Qué os creéis?. Mi paciencia tiene un límite" o "¿qué os creéis, que soy el Banco de España?". Sin embargo, ellas se sienten heridas en su orgullo de madre cuando se sienten que los hijos/as les dan de lado y lo demuestran a su manera, de un modo peculiar, con expresiones salidas de las entrañas como "los llamo yo y ni se mueven, pero lo llama alguien de la calle y allí corriendo que se van".

Las luchas a la hora de la comida entre una madre y su hijo/a no se recuerdan desde las batallas romanas en el Coliseo. El vástago que no quiere comer la verdura y la madre que dice "no quiero ver que queda algo en el plato…"; el/la niño/a enfurecido le dice que no se lo come y la madre finiquita el duelo con "pues te lo cenas esta noche".

Ante la negativa de una madre a hacer algo no hay discusión posible. Para muestra  un botón: "No puedes salir, hijo", "pero… ¿por qué?" pregunta el hijo, "porque no y porque te lo digo yo y punto".

A veces las madres pierden el control de la situación, pero aún así salen airosas de cualquier circunstancia. ¿Quién no ha presenciado o vivido la siguiente escena?. Un niño que llora en la calle antes de intentar consolar opta por otra estrategia menos sentimental: "Tú sigue llorando, verás como te doy una razón para que llores de verdad". Y cuando la llorera continúa puede lapidariamente diga: "guárdate las lágrimas para cuando yo me muera". Pero cuando sabes que la discusión ya ha llegado a su punto culminante de no retorno es cuando entonan el "esto pasa de castaño oscuro".

Mañana… más frases de las madres.